SOSTENIENDO
VIDAS
IV PARTE
Pastor Iván
Tapia
Lectura Bíblica: Proverbios 16:1-4
Propósitos de la Charla : a) Desarrollar una visión clara del Perfil que
el discípulo debe alcanzar; b) Conocer y practicar las doce virtudes del
Discípulo; c) Comprender la labor del tutor y la Iglesia con respecto al
desarrollo del Perfil del Responsable.
“Del hombre son las
disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.
Todos los caminos del
hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus.
Encomienda a Jehová tus
obras, Y tus pensamientos serán afirmados.
Todas las cosas ha hecho
Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo.”
(Proverbios 16:1-4)
E
|
l conjunto de rasgos
peculiares que caracterizan a alguien o algo, es llamado el “perfil”. Por
ejemplo el perfil de la profesión médica es la de alguien que tiene una gran
inclinación a ayudar en la salud del prójimo, además de curiosidad científica e
interés por todos los procesos biológicos del ser humano. El perfil de una
persona puede ser el espíritu de aventuras, gusto por la vida al aire libre,
sociable, entonces su perfil se adaptará a la práctica del excursionismo.
Personas, profesiones, actividades humanas, tienen rasgos distintivos, a los
cuales llamamos perfil
San
Pablo, en sus cartas pastorales hace un Perfil del Obispo, los rasgos que éste
debe tener: “Pero
es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio,
prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; / no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no
avaro; / que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad / (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la
iglesia de Dios?); / no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la
condenación del diablo. / También es necesario que tenga buen testimonio de los
de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.” (1 Timoteo 3:2-7) También dibuja
el Perfil de los Diáconos y Diáconas: “Los diáconos asimismo deben ser
honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias
deshonestas; / que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. / Y
éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado,
si son irreprensibles. / Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras,
sino sobrias, fieles en todo. / Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y
que gobiernen bien sus hijos y sus casas. / Porque los que ejerzan bien el
diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en
Cristo Jesús.” (1 Timoteo 3:8-13)
BUSCANDO
EL PERFIL DEL DISCÍPULO
¿Qué
distingue a un cristiano de un ateo, de un agnóstico, de un musulmán o de
cualquier otra religión o filosofía? Seguramente su creencia en Jesucristo y
luego vendrán todas las características personales que desarrolla la persona
que sigue esa fe. No podemos imaginar a una persona budista teniendo actitudes
agresivas o intolerantes, ya que su doctrina básica dice relación con la paz y
la contemplación. Por eso nos extrañó tanto cuando vimos en la televisión la
insurgencia de los monjes budistas. Como, también, son incomprensibles la
guerra entre cristianos o las históricas cruzadas, donde se daba muerte al que
se consideraba enemigo de la fe cristiana. Menos las torturas a que fueron
sometidos nuestros hermanos protestantes por la Santa Inquisición
durante la era de los reformadores. Aquellas actitudes y acciones no
corresponden al perfil que se tiene del discípulo de Jesucristo. Si
escucháramos y obedeciéramos a la
Palabra de Dios, jamás se cometerían tales atropellos en la Iglesia (1 Timoteo 3:14,15)
En
el caso de los discípulos, llamamos Perfil al conjunto de conocimientos,
habilidades y actitudes que todo discípulo de Jesucristo debe poseer. Es
evidente que esto no se logra automáticamente, por el hecho de convertirse o
declararse y ser reconocido como cristiano. La ausencia de características
propias del discípulo de Cristo, es lo que a muchas personas les lleva a
criticar o rechazar nuestra fe. Como toda doctrina, la fe cristiana es un
aprendizaje tanto intelectual como práctico, que requiere motivación, esfuerzo
y dedicación por parte del discípulo. Por ello hay un período prudencial de
preparación o capacitación para llegar a ser ese tipo de cristiano que desea el
Maestro.
EL
PERFIL DEL DISCÍPULO APRENDIZ
La
primera parte de este período es netamente de aprendizajes básicos en el cual
el discípulo es tratado como un aprendiz. Según el diccionario un aprendiz es
una “persona
que aprende algún arte u oficio.” En este caso, aprendiz es el discípulo que
está aprendiendo el arte de ser seguidor del Maestro Jesucristo, y lo hace bajo
la guía de un tutor, que es el ayo que le conduce al Maestro. Las enseñanzas
básicas del Discipulado son todas aquellas lecciones que le conduzcan a: 1)
Obedecer el llamado de Dios; 2) Vivir y entender
las instancias básicas de la Puerta
del Reino; 3) Valorar y vivir el Nuevo Pacto; y 4) Conocer cuál es el
Fundamento sobre el cual edificará su vida cristiana. Llamado, Puerta, Nuevo
Pacto y Fundamento, son las enseñanzas básicas de esta etapa, y deben motivar
al desarrollo de ciertas virtudes cristianas, como son la fe, la sumisión, la
sujeción, la obediencia y la fidelidad.
Pero
recordemos que el Discipulado no es sólo un proceso de aprendizajes teológicos,
sino también un proceso de sanidad interior, que llevará al discípulo a desarrollar
virtudes y conductas tales como la paz, el perdón de Dios, la libertad del
pecado y la reconciliación con Dios; la sanidad de traumas, heridas, temores y
complejos; el perdón al prójimo y la Gracia de Dios.
“Del
hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la
lengua” (Proverbios 16:1) Este texto nos
presenta un primer paso en el Discipulado, el cual es aprender las respuestas
de la lengua. Depende de la actitud de la persona para que ésta pueda aprender
más rápido más lentamente. Que una persona sea una nueva criatura en Cristo no
implica que todo su carácter y sus pensamientos ya estén cambiados y moldeados
en la nueva vida. Un aprendiz de albañil no es profesional al primer día. En el
creyente nuevo vemos un gran impulso y deseo para obrar. Pero no tiene el
conocimiento, ni ha aprendido todas las cosas necesarias de la Biblia. Por eso
es el crecimiento de los nuevos discípulos debe ser bien encaminado.
Necesitamos confiar en el Espíritu Santo que afirmará, controlará y protegerá a
la persona para que no se pierda.
Si tenemos dos árboles y a uno
nos acercamos y le insistimos, le hablamos para que se apure, lo abonamos y lo
regamos; en cambio al otro, simplemente le regamos como usualmente se hace con
los árboles; el resultado para ambos, salvo una excepción, será el mismo: los
dos darán su fruto en su tiempo normal. Como dice el refrán “no por mucho
madrugar, amanece más temprano”. Y la Palabra de Dios nos recuerda que: “Si
Jehová no edifica la casa en vano
trabajan los edificadores” (Salmo 127: 1). El
discípulo aprendiz debe aprender a controlar las palabras y su actitud en esta
nueva vida como cristiano.
EL
PERFIL DEL DISCÍPULO FIEL
Cuando el aprendiz es capaz de guiar otra vida,
haciendo un discípulo, sea por propia motivación o por orden de su
discipulador, ya es considerado en el siguiente nivel, como un discípulo fiel.
La fidelidad es una característica importantísima para que exista confiabilidad
en la obra. Ésta no se puede edificar sin el elemento fidelidad. En este nivel la enseñanza se dirigirá a
entregar al discípulo todas las herramientas necesarias para ejercer la
tutoría: 1) Manejo de los principios de
la Iglesia (El Evangelio del
Reino, Discipulado en el Cenáculo, Multiplicación de Doce y Unidad de la Iglesia ); 2) Desarrollo de disciplinas espirituales
para la vida devocional (oración, alabanza, ayuno, meditación, reflexión); y 3)
Características y paradigmas del aprendiz. Así podrá desarrollar virtudes como:
responsabilidad, honestidad, fortaleza, templanza, perseverancia, buen juicio,
discernimiento, justicia, amor, devoción a Dios, comunicación del amor de Dios
y convicción de liderazgo.
“Todos
los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los
espíritus” (Proverbios 16:2) El segundo
paso en el Discipulado es superar ser limpios en nuestra propia opinión. En
esta etapa el discípulo imita a su maestro, mas a veces piensa que él puede
hacerlo mejor, más rápido; piensa que es más inteligente y que lo hará
correctamente. Copia e imita en todos los aspectos externos, en las
características físicas, mas tiene un problema, Jehová pesa los espíritus.
Esta es la etapa en que los discípulos aún no entienden la voluntad de Dios y
recién empiezan a hacerlo. No todo hay que hacerlo por el querer, sino que debemos
aprender a escudriñar al Espíritu de Dios. Es una etapa larga de aprendizaje,
porque necesita experimentar a Dios, necesita conocer la Palabra de Dios. Y no
solamente conocerlo, sino saber escudriñar el Espíritu de Dios y comprender Su
voz.
También tiene que ver con el
método con que se realizan todas las cosas. Toda persona inteligente sabe y
tiene un cierto conocimiento de cómo realizar las tareas. Pero varía el método
del hombre del método de Dios. Muchos aplican el método que les parece mejor y
piensan que sólo el fin es importante, olvidando que Dios ve todos los detalles
y cómo se logra el propósito. Esto es lo importante para el Señor. Todos
tenemos opinión, mas hay que preguntar al Señor para conocer cuál es Su opinión,
algo a lo que se accede por medio de la oración y de la reflexión de la Biblia. Esto requiere
paciencia y saber esperar. Es necesario aprender a no dejarnos llevar por nuestra
propia opinión. ¡Cuántas veces hemos hecho algo que es bueno, pero que no es la
voluntad de Dios! El resultado ha sido sólo fracaso. Nuestra opinión no siempre
es la opinión de Dios.
EL DISCÍPULO RESPONSABLE ES NUESTRA META.
Es hermoso cuando el discípulo fiel es movido por
el Espíritu Santo a plantar un Cenáculo en su hogar, en lugar de trabajo o
estudio, o en otro sitio. Allí el discípulo Responsable enseña a otros a vivir
el discipulado en forma coherente con los principios del Evangelio del Reino.
El primero de esos principios es el servicio, aprender la importancia de ser
servidores unos de otros. También se practica el divino optimismo de la fe. Un
tercer principio es el crecimiento, tanto cualitativo como cuantitativo. El
Responsable enseñará con el ejemplo a los discípulos a practicar la
preocupación de unos por otros, integrándose y guardando la unidad. Un quinto
principio es la oración comunitaria e individual como un elemento fundamental
del Cenáculo y la Iglesia. Por
último, estimulará la sumisión al Señor y la sujeción al Cuerpo de Cristo, Su
Iglesia.
Para llegar a ocupar ese lugar en la comunidad de
discípulos, el Responsable debe tener todas las virtudes que constituyen el Perfil
del Discípulo. Éstas no son requerimientos en término de ley u obligación, sino
características que en forma paulatina y casi natural se van adquiriendo en el
camino del Discipulado.
Al diseñar el Perfil del Discípulo debemos pensar
en todas las virtudes que requiere un Responsable para dirigir un Cenáculo o
grupo de discípulos, donde habrá fieles y aprendices bajo su cargo. El Perfil del Discípulo Responsable es nuestra
meta. Formar discípulos capaces de plantar cenáculos en cada rincón de la
ciudad, es nuestro cometido. El Perfil del Discípulo Responsable es, entonces,
el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que debe poseer el cristiano
al momento de ser ungido como discípulo Responsable.
LAS DOCE VIRTUDES.
Todo discípulo necesita desarrollar cuatro virtudes básicas que nos
son dadas por el Espíritu Santo al momento de creer. La primera es la fe que se
instala en el corazón y consiste en confiar en Dios, en creer en Él y creerle a
Él. La segunda se recibe en la conciencia y es la paz; usted es perdonado por
Él y es lavado de todo pecado y culpa, comenzando a vivir en Su Gracia. La
tercera es el amor que Él deposita en su espíritu, siendo el más grande poder
transformador. La cuarta virtud es la esperanza acogida por su mente como
Verdad indiscutible. Estas cuatro virtudes se multiplicarán, como ramas de un
gran árbol de vida, en 12 virtudes que el discípulo desarrollará para llegar a
ser un discípulo Responsable. Las 12 virtudes del Perfil del Discípulo son las
siguientes:
I. FE:
1.
Sumisión al Señor: fe y humildad.
2.
Sujeción al Cuerpo de Cristo:
obediencia y fidelidad.
3.
Responsabilidad: honestidad, fortaleza,
templanza, perseverancia.
II. PAZ:
4.
Perdón de
Dios: libertad del pecado y reconciliación con Dios
5.
Sanidad
interior: de traumas, heridas, temores y complejos.
6.
Perdón a mi
prójimo: Gracia de Dios
7.
Buen juicio:
discernimiento y justicia.
III. AMOR:
8.
Devoción a
Dios: oración, alabanza, ayuno, meditación y ofrenda.
9.
Amor al
prójimo: paciencia, bondad, humildad, delicadeza, altruismo, serenidad,
jovialidad, compasión y magnanimidad.
10.
Comunicación
del amor de Dios: testimonio y evangelización.
IV. ESPERANZA:
11.
Conocimientos
básicos del Reino.
12.
Convicción de
liderazgo.
UNA TAREA PARA LA IGLESIA
Bajo el punto de vista eclesial, Perfil es el
conjunto de propósitos formativos que la Iglesia pretende alcanzar durante el proceso de
formación de cada discípulo. Sería muy importante que la Iglesia contara con
mecanismos de revisión periódica del perfil del Discípulo. Si bien es cierto, la Biblia nos indica
claramente las expectativas de Dios en cuanto a nuestras conductas y cualidades
esperables, es necesario confrontarlas con la realidad de la sociedad e Iglesia
actual.
También el Perfil debe considerar los fundamentos
bíblicos, teológicos y espirituales que subyacen a la formación que se propone
entregar. Necesitamos tener una base bíblica sólida para defender nuestra
postura eclesial. Y todos los discípulos deben conocerla.
El
Perfil tiene que considerar las orientaciones fundamentales provenientes de la
misión, propósitos y fines de la Iglesia.
Por
último, ya que la Iglesia no está aislada de la sociedad ni del resto de las
iglesias, debe considerar algún tipo de consulta al medio eclesial, tanto
interno como externo, para la definición y actualización del Perfil.
En
definitiva, el Perfil del Discípulo orienta el quehacer de la Iglesia. Sin él,
la Iglesia no sabrá qué dirección tomar, hacia donde avanza, caminará como
Israel en el desierto, dando vueltas y vueltas, sin hallar jamás su destino.
PARA REFLEXIONAR:
1) ¿Cómo definiría usted su perfil como persona?
2)
¿Qué perfil de hombre o mujer encuentra usted atractivo para imitar en la Biblia ?
3)
¿Cuál aspecto considera usted el más importante en el perfil del discípulo?
4)
¿Corresponde su perfil al del discípulo fiel? ¿Qué virtudes le quedan por
alcanzar?
5)
¿Qué otros valores o virtudes agregaría al perfil del
responsable?
6) ¿Está de acuerdo en que la meta de la Iglesia sea alcanzar el
Perfil del discípulo Responsable?
7) ¿Cuáles deben ser, a su juicio, las virtudes del responsable?
8) Recuerde ejemplos concretos de hermanos cristianos en los cuales
usted vio una o más de las doce virtudes.
9) ¿De qué modo el Espíritu
Santo en la Iglesia ,
puede desarrollar mejor el perfil del discípulo?
BIBLIOGRAFIA
1) “Sosteniendo Otras
Vidas”, Retiro domingo
27 de Mayo de 2007, Avenida Francia 739, Valparaíso
2) “La Santa Biblia ”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman
Publishers, USA.
3) Pastor
Dong Han David Lee; “Los pasos del cristiano”; Iglesia Presbiteriana Reformada
Esperanza; www.evangelio123.org
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