SANIDAD
INTERIOR
IV PARTE
Pastor Iván Tapia
Lectura Bíblica: San Mateo 9:35
Propósitos de la Charla : a) Disponernos a
sanar nuestra alma reconociendo que padecemos enfermedades que necesitan la intervención
del Espíritu Santo; b) Identificar nuestras heridas del alma y ponernos en las
manos del Señor para sanar; c) Identificar traumas del alma
y ponerlos en manos del Señor para sanar;
d) Conocer algunos complejos del alma humana, caracterizados en la Biblia ; e) Superar los
complejos entregándoselos al Señor.
L
|
os temas
tratados hasta ahora han sido: 1) “Desatando Nudos”, el cual nos llevaba a
reconocer que hay una serie de problemas en nuestra conciencia, los cuales nos
tienen atados; 2) “El Sanador”, donde Jehová se nos presentó como nuestro Único
Médico, capaz de transformar la amargura en dulzura; y 3) “Renovación de la Mente ”, una invitación del
Espíritu Santo a cambiar nuestro modo de pensar y tomar control sobre nuestra
mente.
A continuación
vamos a abordar otro aspecto muy importante de la Sanidad Interior que son las Enfermedades
del Alma.
I. ENFERMEDADES
DEL ALMA
“Por
lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; / y haced sendas
derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que
sea sanado. / Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor. / Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que
brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados” (Hebreos 12:12-15)
DEFINICIÓN
Enfermedad es una
alteración más o menos grave de la salud. Se define también como pasión dañosa
o alteración en lo moral o espiritual. Ejemplo: La ambición es enfermedad
que difícilmente se cura. Así se
habla de las enfermedades del
alma o del espíritu. Algunos
consideran enfermedad a la anormalidad
dañosa en el funcionamiento de una institución o colectividad.
Una enfermedad del alma viene a ser semejante a una
cojera espiritual. Pero ¿Qué es lo cojo? ¿En qué cojeamos? ¿Hay cojera en
nuestros corazones? Veamos, el cojo es una persona a la que le falta una
extremidad y por tanto camina con dificultad. A veces alguien cojea porque
tiene una herida en un pie, o porque usa un calzado inadecuado. El cojo, por su
caminar dificultoso, suele salirse del camino o ruta trazada.
Espiritualmente hablando un cojo es:
a)
Un
cristiano que no se desenvuelve con naturalidad en el Reino de Dios.
b)
Un
hermano que tiene un problema de sanidad interior que le impide desarrollarse
como cristiano.
c)
Un
discípulo que no crece y provoca molestias al Cuerpo de Cristo.
d)
Una
persona que se desvía del Camino de Cristo, debido a su problema.
¿Cómo puede resolverse el problema de la “cojera
espiritual”? Únicamente a través de un proceso de sanidad interior. Es el
corazón el que está cojo, hay una herida tal en esa persona que le imposibilita
de seguir a Jesucristo en forma normal. Podríamos hablar de un desarrollo
cristiano normal y de uno anormal.
SOLUCIÓN O TRATAMIENTO
¿Cómo podremos levantar a un cojo
espiritual o enfermo del alma? El
tratamiento que el Espíritu Santo propone, se compone de tres pasos:
a. “levantad las manos caídas” (v.12a)
b. activad “las rodillas paralizadas” (v.12b)
c. “haced sendas derechas para vuestros pies” (v.13a)
Manos, rodillas y pies espirituales
tendrán que ser activados.
A. LAS MANOS SON LOS ÓRGANOS QUE HACEN.
Es típico del cristiano enfermo del alma, la inacción frente a su problema.
Sólo se lamenta y culpa a otros de su problema, no asumiendo la responsabilidad
que tiene de su vida. Necesitamos movilizar a la acción a esa persona y si es
nuestro caso, comenzar a hacer algo para superar nuestro problema. “Levantad las manos caídas” implica fe
en Aquel que puede levantarnos y darnos victoria (Salmo 77:10)
B. LAS RODILLAS SON LAS BISAGRAS DEL
CUERPO, las coyunturas que dan movimiento a los huesos. Particularmente los
cristianos utilizamos nuestras rodillas para orar. Es imposible sanarse si no
hacemos una profunda oración y entrega de nuestros problemas al Señor. La
oración de sanidad es poderosa herramienta del Espíritu Santo. Por otro lado
las coyunturas son las uniones que dan movimiento al cuerpo, asimismo los
tutores son los que unen un miembro con otro en el Cuerpo de Cristo. El
discipulado y la sujeción al tutor es clave para la sanidad de los miembros del
Cuerpo. La activación de “las rodillas paralizadas” se puede realizar sólo por el amor de Dios a través del Espíritu
Santo que vive en la Iglesia
(San Mateo 10:1)
C. LOS PIES NOS PERMITEN DESPLAZARNOS EN EL ESPACIO.
Sin pies, como sin piernas, estamos estáticos. Vamos a poder caminar el sendero
de desarrollo cristiano sólo si nos disponemos a ir tras la meta que es
Jesucristo. El Señor nos dejó sus huellas para seguirlas, nos indicó un camino:
el camino de la cruz, nos dio mandamientos y ordenanzas; la única manera de
sanarnos de nuestras enfermedades del alma es siguiendo Sus pasos, Sus
directrices y dejando de hacer lo que nosotros pensamos. “Haced sendas derechas
para vuestros pies” se cumple cuando
encendemos la esperanza ante
nuestros ojos. Esa visión es la que nos
lleva a tener éxito en nuestra restauración de la enfermedad del alma como de
la enfermedad del pecado, que es la peor.
¿Cómo podremos prevenir el mal? Para que una
comunidad cristiana y sus discípulos se conserven sanos, sin heridas ni
amargura, es preciso desarrollar disciplinas y un clima que propicie la buena
salud espiritual, así como el cuerpo requiere de alimento, ejercicio y buen
aire. Estas medidas son las siguientes:
1. Seguid la paz con todos (v. 14a)
2. Busquen la santidad (v. 14b)
3. Miren al Señor. (v. 14c)
ADVERTENCIA: EL PELIGRO DE NO SANAR LAS HERIDAS
Si no aplicamos el tratamiento necesario para sanar
las heridas de nuestra vida y de otros discípulos, corremos el grave riesgo
tanto individualmente como colectivamente, o sea como discípulo y como Iglesia,
de sufrir las siguientes consecuencias:
1. No recepcionar la gracia de Dios “Mirad bien, no
sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios” (v.15a)
2. Que la herida se gangrene y se transforme en una raíz
de amargura “que brotando alguna raíz de amargura” (v.15b)
3. Que la persona se convierta en una molestia para sí
misma y en un estorbo para la comunidad “os estorbe” (v.15c)
4. Que esa persona finalmente contamine y contagie con su
mal al resto de los hermanos “y por ella muchos sean contaminados”
(v.15d)
II. HERIDOS DEL
ALMA
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también
Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; /
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; / quien cuando le
maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino
encomendaba la causa al que juzga justamente; / quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,
para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por
cuya herida fuisteis sanados. / Porque vosotros erais como ovejas
descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.” (1 Pedro
2:21-25)
CRISTO LLEVÓ
NUESTROS PECADOS
“quien
llevó él mismo nuestros pecados” nosotros somos los enfermos, no Dios.
Nosotros somos los que necesitamos la salud completa. No podemos culpar a Dios
de nuestros problemas. Jesucristo llevó nuestros pecados en Su cuerpo
sobre el madero, para que nosotros no carguemos más con ellos.
a) La voluntad de Dios
es sanar. La Palabra de Dios promete sanar al ser humano
cuando dice: “Dios sana a los que
tienen roto el corazón y les venda las heridas" (Salmo 147:3).
Y en otro texto asegura: "y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová
tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus
mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que
envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador." (Éxodo
15:26) Lo más esperanzador es cuando afirma “Ciertamente
llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4) es decir que nuestra salud
ya está lograda. Por lo tanto la
Iglesia sólo tiene que tomarla y vivirla. El ministerio que
se ocupa por la salud en la
Iglesia es el de sanidades y dentro de esta tarea está la
sanidad del alma o “Sanidad Interior”
b) Propósito de la Sanidad Interior.
La meta de la sanidad interior es sanar heridas emocionales. Los medios son
el poder del Espíritu Santo, la presencia sanadora del Espíritu Santo y la
apropiación de la obra de Jesucristo en la cruz. La estructura psicológica es una parte muy
importante de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, casi nunca se habla en
nuestras Iglesias acerca de la sanidad que esta área requiere. Pocas veces se
menciona que Cristo también vino para sanar nuestra psiquis. Dicha sanidad casi
siempre la dejamos en manos de los psicólogos, la mayoría de los cuales no
conocen a Cristo. Es una lástima la carencia de una adecuada enseñanza en esa
área, ya que el Señor vino para sanar nuestra psiquis tanto como nuestro
espíritu y cuerpo. El apóstol Santiago no solamente nos habla de los enfermos
que han de ser sanados y los pecados que serán perdonados; también nos dice que
debemos confesar nuestras ofensas los unos a los otros, y orar los unos por los otros
para que seamos sanados. “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y
orad unos por otros, para que seáis sanados” (Santiago 5:16),
En Dios hallamos sanidad
física, psicológica y espiritual
“en
su cuerpo sobre el madero,” Así como Él murió por
nosotros, nosotros tenemos que morir al viejo hombre y a la vieja mujer, para
comenzar a vivir la vida de Cristo y no la vida de la carne. No podemos
continuar viviendo conforme a nuestra naturaleza humana, si queremos ser
sanados integralmente. Necesitamos morir al viejo yo para vivir un nuevo yo.
Este nuevo yo es Cristo en nosotros. La cruz no es sólo para Jesucristo sino
también para cada discípulo. “El que quiera venir en pos de mi, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame.” No hay otra forma de seguir a Jesús que no sea
negando y aplastando la carne. Quien piense que puede haber un modo más fácil
de ser cristiano está muy equivocado. El discípulo muere, tal como su Maestro
murió en la cruz.
AHORA ESTAMOS
MUERTOS A LOS PECADOS
“para
que nosotros, estando muertos a los pecados,” Como
antes estábamos muertos a la santidad, hoy estamos muertos al pecado. Un muerto
no peca, no siente apetitos de la carne. En nuestras fantasías cinematográficas
los muertos o zombies caminan tras los vivos y tienen deseos perversos y
sexuales, pero eso es sólo una fantasía, que tal vez refleja como viven los
“muertos espirituales”, guiados por sus apetitos carnales. Un muerto no siente
deseos sexuales, ni hambre, ni frío, ni sueño, no piensa ni se mueve. Así deben
ser los cristianos con respecto a los pecados, como muertos, que el pecado no
“nos haga ni cosquillas”
NUESTRA
OBLIGACIÓN ES VIVIR LA JUSTICIA DE
DIOS
“vivamos
a la justicia;” Vivir la justicia es
vivir de acuerdo a la Ley
de Dios, vivir de acuerdo a Su voluntad. La Palabra de Dios está regada de enseñanzas acerca
de lo que Dios quiere para nosotros. Hay algunos resúmenes de ello, como en los
10 mandamientos en el Antiguo Testamento o las bienaventuranzas y el Sermón del
Monte en el Nuevo Testamento. Se ha contado 90 órdenes de Jesucristo para sus
seguidores. Si hacemos lo que Él nos enseña, estaremos siendo justos.
EL REVOLUCIONARIO MÉTODO DE DIOS PARA SANAR
“y por cuya herida fuisteis sanados.” En este punto hay dos aspectos: la
herida de Cristo y la herida del Hombre.
1. La herida de Cristo es nuestro pecado.
Fueron nuestros pecados los que llevaron a la muerte a nuestro Señor. Nuestros
pecados agobiaron e hirieron su alma y su cuerpo. La llaga de su ser fue
ocasionada por nosotros. En el alma y el cuerpo de Jesucristo se proyectó y
materializó todo el pecado de la humanidad. Su espíritu fue oprimido por las
tinieblas al punto de clamar al Padre: “Eloy, Eloy, lama sabactani; Padre ¿por
qué me has abandonado?” En medio de ese dolor por la Humanidad , entregó Su
espíritu al Padre.
Nuestro Dios es un Médico que tiene un curioso
método para sanar al Hombre. Él no da a beber o ingerir algún medicamento; Él
no nos receta cierta dieta especial; tampoco nos interviene quirúrgicamente,
aún cuando alguien pudiera decir que nos ha dado a beber de Su Espíritu Santo,
nos ha recetado la oración y la lectura de Su Palabra y que ha intervenido en
nuestro interior con Su poder. Sin embargo la absoluta sanidad se da a través
de un acto de Él que sucedió fuera de nosotros. ¡Extraordinario! Por su herida
fue sanada nuestra herida. La herida de Cristo en la cruz sanó la herida del
pecado en el Hombre. Las heridas de Jesús en Su alma bendita sanaron nuestras
heridas humanas del alma. La sanidad operada por Él es completa, es una sanidad
de espíritu, mente y cuerpo.
2. La herida del Hombre es su propio pecado.
El ser humano es portador de dos tipos de heridas interiores, una en su
conciencia y la otra en su alma. La herida de la conciencia es sanada por
Jesucristo con su sangre y su perdón. Las heridas del alma son un tipo de
enfermedad del alma, provocada por el pecado propio y de otros.
a) Definición. La palabra “herida” tiene
varias acepciones: un daño corporal que causa efusión de
sangre; Perforación o desgarramiento en algún lugar de un
cuerpo vivo; golpe de las armas blancas al herir con ellas;
una ofensa o agravio; aquello que aflige y
atormenta el ánimo.
b) La primera herida. La primera
vez que aparece la palabra herida en la Biblia es en Génesis,
cuando Lamec dijo a sus mujeres Ada y Zila –es el primer polígamo que aparece
en el Texto Sagrado- “oíd mi voz; / Mujeres de Lamec, escuchad mi
dicho: / Que un varón mataré por mi herida, // Si siete veces será vengado
Caín, / Lamec en verdad setenta veces siete lo será.” (Génesis 4:23,24)
Las palabras de Lamec a sus dos esposas acerca de un acontecimiento trágico en
su vida están registradas en forma poética en hebreo, y se las ha llamado con
propiedad el "Canto de Lamec". Este canto constituye la
composición poética más antigua del mundo.
Los versos hebreos, algo críticos y ambiguos, se prestan a más de una
explicación. Tal vez el significado es que Lamec estaría listo para
repetir su acto asesino en caso de necesidad.
De tal modo que la palabra herida, en la Biblia , se la relaciona
con: violencia, asesinato, venganza, acción maligna. Indudablemente las heridas
del alma no son ocasionadas por Dios, sino por las tinieblas y la maldad del
hombre. Es algo que debemos comprender con toda claridad. Dios no hiere para
muerte.
“¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de
maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron
a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. / ¿Por qué querréis ser castigados
aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
/ Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida,
hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con
aceite. / Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego,
vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como
asolamiento de extraños. / Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y
como cabaña en melonar, como ciudad asolada.” (Isaías 1:4-8)
c) Causas de heridas. ¿Qué puede
ocasionar una herida en el alma de una persona? Numerosos son los motivos de
heridas en el alma humana:
-
Ofensa de los padres
-
Rechazo de mamá o papá
-
Ofensa de hermanos
-
Ofensa de familiares
-
Ofensa e amigo
-
Rechazo por discapacidad
-
Rechazo por defecto o
apariencia
-
Rechazo por clase social
o nivel económico
-
Rechazo por cultura
-
Rechazo por origen
(nacionalidad, etnia, etc.)
-
Ofensa, palabras
ofensivas, sobrenombres
-
Maltrato verbal
-
Falta de amor
-
Maltrato físico
-
Maltrato sexual, vejación
-
Humillaciones por pobreza
-
Abusos de autoridad
-
Burlas
-
Perdedores en
competencias (vestido, moda, capacidades intelectuales, capacidad física,
dinero, casa, cosas, juguetes, etc.)
-
Desprecio de otros
-
Ingratitud de otros
-
Abandono
-
Vergüenzas, bochornos por
actuaciones o palabras de otros
-
Odio
-
Comparaciones odiosas
-
Acoso
-
Descrédito
-
Achatamiento,
achicamiento, achunchar o avergonzar en público
-
Robos (de propiedades
tangibles e intangibles)
-
Aislamiento
-
Alabanza y preocupación
por otros, en desmedro de la persona
-
Injurias, insultos
-
Desaprobación
-
Suposiciones
Siempre la herida la causa el pecado,
ya sea el propio o el de otros.
d) Los quebrantados de corazón
Quien mejor puede sanar y calmar el corazón
quebrantado por la angustia, la opresión y contrición, es Dios, creador de la
mente humana. “Alabad a JAH, Porque es bueno cantar salmos a nuestro
Dios; Porque suave y hermosa es la alabanza. / Jehová edifica a Jerusalén; A
los desterrados de Israel recogerá. / El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.” (Salmo
147:1-3)
El abatimiento es la humillación o postración moral
de una persona. El sentir del quebrantado de corazón es el abatimiento.
Del siguiente texto podemos inferir la condición
del quebrantado:
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque
me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a
vendar a los quebrantados de corazón,
a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; / a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados; / a ordenar que a los afligidos de
Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto
de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de
justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. / Reedificarán las ruinas
antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades
arruinadas, los escombros de muchas generaciones.” (Isaías 61:1-4)
a)
abatido
de corazón “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió
Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos,…” (verso 1)
b)
herido,
por eso necesita vendas; “a vendar a los quebrantados
de corazón” (verso 1)
c)
cautivo
de su dolor moral, necesita ser liberado de esa cárcel interior; “a publicar
libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;” (verso 1)
d)
sin
esperanza de justicia, sólo Dios le brinda esa salida; “a proclamar el año de
la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro;” (verso
2)
e)
enlutado,
de muerte, deprimido; “a consolar a todos los enlutados;” (verso 2)
f)
afligido,
triste (símbolo de la ceniza), angustiado; “a ordenar que a los afligidos de
Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto
de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de
justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.” (verso 3)
g)
casi
destruido y debe ser restaurado. “Reedificarán las ruinas antiguas, y
levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas,
los escombros de muchas generaciones.” (verso 4)
III. VÍCTIMAS DE UN TRAUMA.
DEFINICIÓN DE TRAUMA
“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca
de nuestra tribulación” (2 Corintios 1:8)
Hace casi dos mil años, el apóstol Pablo vivió
situaciones aterradoras que atentaron contra su integridad física. Él lo llama
“tribulación”. La experiencia fue tan impresionante, desgarradora, invalidante,
que le abrumó. Estaba más allá de sus fuerzas, al punto de perder toda
esperanza de sobrevivir. Aunque no se sabe con certeza qué le ocurrió en tal
ocasión, de seguro fue algo traumático.
La
idea de “trauma” deriva de la palabra griega que significa herida. Un trauma es
una lesión duradera producida por un agente mecánico, generalmente externo;
también puede ser el choque emocional que produce un daño duradero en el
inconsciente o la emoción o impresión negativa, fuerte y duradera. En
Psicología es el conjunto de ideas, emociones y tendencias generalmente
reprimidas y asociadas a experiencias del sujeto, que perturban su
comportamiento.
CAUSAS
DE TRAUMA PSICOLÓGICO
“que nos sobrevino en Asia” (2 Corintios 1:8)
Esta
no fue la única ocasión en que el apóstol y sus discípulos experimentaron una
experiencia fuerte y hasta traumática. Leamos su confesión, en la que se
declara débil y haber estado permanentemente sometido a situaciones límite,
como: trabajos, azotes, lapidación, naufragios, peligros, enfrentamiento a
falsos hermanos, cansancio, desvelos, hambre, sed, ayunos, frío, desnudez y
preocupación por la Iglesia.
“Para vergüenza mía lo digo, para eso
fuimos demasiado débiles. Pero en lo que otro tenga osadía (hablo con locura),
también yo tengo osadía. / ¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo
también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo. / ¿Son ministros de Cristo?
(Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes
sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. / De los
judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. / Tres veces he sido
azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una
noche y un día he estado como náufrago en alta mar; / en caminos muchas veces;
en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación,
peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; / en trabajo y fatiga, en
muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; /y
además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por
todas las iglesias. / ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace
tropezar, y yo no me indigno?” (2 Corintios 11:21-29).
Son causas de trauma:
·
Veterano
de guerra, sufre pesadillas y vivos recuerdos que le dan la sensación de que
todavía no ha terminado el conflicto.
·
Víctima
de un acto de violencia despiadada, asaltos, delitos, torturas, secuestros,
actos terroristas.
·
Víctima
de violación o abusos físicos en la infancia, sintiendo que una parte de sí
mismo murió por esa horrorosa experiencia.
·
Pérdida
de ser querido en forma inesperada.
·
Pérdida
de un familiar en un desastre natural como temporales, inundaciones, huracanes
y terremotos. Los efectos físicos de un desastre son evidentes. Cientos o miles
de personas pierden sus vidas o son gravemente heridos. Los supervivientes
arrastran las consecuencias durante toda su vida. Dolor y sufrimiento se
distribuyen a partes iguales.
·
Pérdida
de familiar en un accidente, por lo cual la vida sin él es sumamente difícil.
·
Miseria
producida por el terrorismo, la violencia, la guerra o la delincuencia.
·
Accidentes.
·
Experiencias
de combate.
Muertes, guerras, violaciones, raptos,
accidentes causan traumas, ya que son pérdidas que dejan heridas muy profundas.
Otras formas de estrés severo, pero no extremo, son la pérdida del puesto de
trabajo, el divorcio y el fracaso escolar. En la mayoría de las ocasiones los
eventos traumáticos son inesperados e incontrolables.
CONSECUENCIAS DE UN TRAUMA
“fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras
fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.” (2
Corintios 1:8)
Los traumas golpean de manera intensa
la sensación de seguridad y auto-confianza del individuo provocando intensas
reacciones de vulnerabilidad y temor hacia el entorno. Los efectos emocionales
son:
- miedo
- ansiedad
- estrés
- ira
- rabia
- resentimiento
- bloqueo emocional
Para muchas víctimas, estos efectos se
mitigan e incluso desaparecen con el tiempo. Sin embargo, para otros muchos,
las secuelas son a largo plazo y alcanzan en ocasiones la condición de
crónicas.
En Psicología se le ha tipificado como
STP “estrés postraumático” y “se trata de una reacción intensa provocada por
una situación de gran impacto afectivo, que al retirar el motivo que lo causó,
el dolor permanece. Se caracteriza por la representación de la situación
desencadenante a través de sueños, recuerdos y la identificación ante eventos
parecidos. El estrés postraumático ha sido categorizado como un trastorno de
ansiedad por la característica presencia de ansiedad persistente,
hipervigilancia y conductas de evitación fóbica.
La sintomatología del estrés
postraumático se puede agrupar en tres bloques:
1. Re-experimentación del
evento traumático
- Flashbacks. Sentimientos y
sensaciones asociadas por el sujeto a la situación traumática.
- Pesadillas. El evento u otras
imágenes asociadas al mismo recurren frecuentemente en sueños.
- Reacciones físicas y emocionales
desproporcionadas antes acontecimientos asociados a la situación traumática .
2. Incremento activación
- Dificultades conciliar el sueño
/ Hipervigilancia
- Problemas de concentración
- Irritabilidad / impulsividad /
agresividad
3. Evitación y bloqueo emocional
- Intensa evitación /huida
/rechazo del sujeto a situaciones, lugares, pensamientos, sensaciones o
conversaciones relacionadas con el evento traumático.
- Pérdida de interés.
- Bloqueo emocional / Aislamiento
social
Frecuentemente,
según estudios médicos, el trauma está asociado a enfermedades físicas. Algunas
personas que han estado expuestas a impactos o traumas psicológicos reaccionan
desarrollando depresión, otras tienen reacciones de ansiedad o alcoholismo.
No cualquier cosa puede causar un SPT;
deben ser situaciones que provoquen un dolor que perturbe la vida normal y que
persista, a pesar de ya haber sucedido. No hay que sobre-diagnosticar porque no
cualquier impacto emocional es un trauma. No todas las personas son
susceptibles a ser traumatizadas.
Hoy cada vez se acepta más que problemas cotidianos se transformen en profundas heridas, porque actualmente se da una fobia al dolor. Nuestra sociedad rechaza el dolor como aprendizaje. Si uno cree que va a vivir siempre feliz está menos preparado para enfrentar el dolor. “Crisis” en chino se asocia a peligro y oportunidad, porque uno sale fortalecido de ellas, en contraste con el “trauma” que es pérdida. Debiéramos intentar convertir en crisis los problemas en vez de traumatizar todo.
LA SOLUCIÓN O CÓMO SOBRELLEVAR EL TRAUMA
1. CONFÍE EN DIOS
“Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de
muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a
los muertos” (2 Corintios 1:9)
No se sabe con certeza qué le ocurrió a San Pablo
en tal ocasión en Asia, mas de seguro fue algo traumático ¿Cómo lo sobrellevó?
Primero, poniendo toda su confianza en el Dios Todopoderoso, en Aquél que es
poderoso para sacar del sepulcro aún al muerto. No hay hecho más poderoso que
ese y en ello necesitamos confiar.
Elohim, uno de los nombres de Dios habla de la fortaleza y el poder de
Dios y designa a Dios Elohim como el Fuerte y Poderoso, el que tiene Plenitud
de Poder. La Biblia dice: “En el principio creó Dios (Elohim) los cielos y la
tierra. (Génesis 1:1) y ; “Los cielos cuentan la gloria de Dios
(Elohim), Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19:1)
También es conveniente considerar que toda nuestra
vida está bajo la voluntad y control Divinos, que Dios es YAHWE-JIREH - Jehová
Proveerá. "Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas
un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el
carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. / Y llamó Abraham el
nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de
Jehová será provisto." (Génesis 22:13-14)
2. TRANSFIERA SU CARGA A DIOS
“el cual nos libró, y nos libra, y en quien
esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte” (2 Corintios 1:10)
Si usted ha confiado en Dios, pues bien, haga
concreta esa confianza, echando sobre Él toda su carga, su dolor, su
desesperanza, su sufrimiento. Dice el salmista “Echa sobre Jehová tu carga, y
él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.” (Salmo 55:22)
y Jesús asegura “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar. / Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; / porque
mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (San Mateo 11:28-30)
3. SOLICITE AYUDA
“cooperando también vosotros a favor nuestro” (2
Corintios 1:11)
No enfrente su problema en forma individual, como
si compitiera solamente a usted, sino que busque ayuda en personas más maduras
espiritualmente. Recuerde que los cristianos somos parte de un Cuerpo y
necesitamos de nuestras “coyunturas o articulaciones”. Estas son los tutores y
pastores. Cuéntele a su tutor su “trauma”, de modo que reciba consejo, ayuda,
apoyo, bendición y sanidad interior. Su problema no es un problema sólo
personal sino de toda la Iglesia. Cuando un miembro del Cuerpo, por pequeño que
sea, padece, todo el Cuerpo se duele (1 Corintios 12:26).
4. PERSEVERE EN ORACIÓN
“cooperando también vosotros a favor nuestro con la
oración” (2 Corintios 1:11)
Si le cuesta orar porque siente ira, pídale a
alguien maduro espiritualmente que ore con usted (Santiago 5:14-16).
Cuando se dirija al Señor, recuerde las palabras de San Pedro: “echando toda
vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
Las Escrituras recalcan muchas veces el interés que Dios tiene por cada uno de
sus hijos.
Es muy posible que el escritor del Salmo viviera
una experiencia traumática, pues escribió: “Si no hubiera sido porque Jehová me
dio auxilio, en poco tiempo mi alma habría residido en el silencio. Cuando
dije: ‘Mi pie ciertamente se moverá con inseguridad’, tu propia bondad amorosa,
oh Jehová, siguió sustentándome. Cuando mis pensamientos inquietantes llegaron
a ser muchos dentro de mí, tus propias consolaciones empezaron a acariciar mi
alma” (Salmo 94:17-19).
Hay quien se siente particularmente perturbado por
“pensamientos inquietantes”, los cuales en ocasiones dan origen a ataques de
ansiedad o de furia. Si ese es su caso, la oración sincera puede ‘sustentarlo’
hasta que se le pasen. Vea a Dios como un padre afectuoso y considérese un niño
pequeño a quien él protege con amor. Recuerde la promesa bíblica de que “Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).
El Apóstol pudo obtener consuelo y confesar
finalmente: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordias y Dios de toda consolación, / el cual nos consuela en todas
nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que
están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros
somos consolados por Dios. / Porque de la manera que abundan en nosotros las
aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra
consolación. (2 Corintios 1:3-5)
5. LEA Y MEDITE LA PALABRA DE DIOS
“para que por muchas personas sean dadas gracias a
favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos” (2
Corintios 1:11)
Las personas “traumatizadas” pueden hallar consuelo
en la Palabra de Dios. Ésta fue escrita por inspiración del Altísimo y en ella
hay numerosos relatos de creyentes que pasaron circunstancias iguales o
similares a las nuestras. También contiene palabras de sabiduría y buenos
consejos para superar toda enfermedad del alma, como son las heridas, los
traumas, etc. Muchas personas intervinieron en la escritura bíblica, por tanto
“por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro”
Si le cuesta concentrarse, pídale a alguien que lea
con usted pasajes animadores de la Sagrada Escritura. Tal vez sería bueno
escoger algunos que destaquen el cariño que el Señor siente por sus hijos
fieles, sin importar lo deprimidos o desesperados que estén.
Analice la situación actual del mundo, a la luz de
las Escrituras y se dará cuenta que nada de lo malo que sucede es desconocido
por nuestro Padre Celestial. Lamentablemente, no debería sorprendernos la
actual proliferación de violaciones, asesinatos, guerras y actos de violencia
gratuita. (San Mateo 24:7-12).
Por otro lado, tenga en cuenta
que un día todas las enfermedades del alma desaparecerán. El fin del trastorno
de estrés postraumático ya está cerca (Apocalipsis 21:3,4)
IV. COMPLEJOS DEL
ALMA
La palabra “complejo” deriva del latín
complexus, y significa “enlazar”. Algo es complejo cuando se
compone de elementos diversos; entonces es considerado complicado, enmarañado, difícil. También se
llama complejo al conjunto o unión de dos o más cosas. Por ejemplo un “complejo
industrial”, el cual es un conjunto de establecimientos fabriles de industrias
básicas, derivadas o complementarias, generalmente próximos unos a otros y bajo
una dirección técnica y financiera común. Puede ser nominado complejo un conjunto
de edificios o instalaciones agrupados para una actividad común. En Psicología
recibe el nombre de complejo el conjunto de ideas, emociones y tendencias
generalmente reprimidas y asociadas a experiencias del sujeto, que perturban su
comportamiento.
Se trata de problemas de emociones, actitudes y
conductas que tienen su origen en las relaciones infantiles del individuo, y
que en gran medida están ligados a todas las prohibiciones que los padres
inculcaron en el inconsciente del niño. Claro está, mucho de lo que
popularmente es considerado un complejo entraña un trastorno de personalidad.
Esta palabra para designar un fenómeno psicológico,
no la encontraremos en la
Biblia , pues fue creada por Carl G.Jung y popularizada
por la discusión del psicoanálisis freudiano. Se utiliza tanto en la consulta
como en el uso corriente del idioma. La palabra complejo fue utilizada por
primera vez por la escuela psicoanalítica de Zurich por Bleuler y Jung, para
significar situaciones internas del individuo que se estructuran a lo largo de
sus relaciones infantiles y que se manifiestan en todos los niveles psicológicos:
emociones, actitudes y conductas adaptadas.
La palabra “complejo” utilizada por la Psicología , ciencia que
data del siglo XVII, siempre va unida al nombre de un personaje histórico,
mitológico, literario o bíblico. En esta oportunidad, sólo vamos a referirnos a
cuatro “complejos”, cuyas características las podemos hallar en las Sagradas
Escrituras.
COMPLEJO
DE AGAR Y SARA
a) El sueño de un hombre.
(Génesis 12:1-3) Jehová
Dios promete al patriarca Abraham grandes bendiciones para él y su familia. Por
su descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.
b) La impaciencia por el cumplimiento del sueño.
(Génesis 15:1-5) Abraham, dueño de muchas tierras, animales,
siervos y de gran inteligencia; se preocupaba sobre el futuro de sus bienes. No
tenía heredero y temía que fuesen administrados por un mayordomo extranjero.
Además contaba con la promesa de Jehová y nunca la veía llegar.
c) Una decisión apresurada, basada en un prejuicio.
(Génesis 16:1-16) El Señor prometió un hijo
a Abraham, en su ancianidad, a pesar de que su esposa Sara era estéril.
Impacientes e incrédulos, los esposos decidieron tener un hijo de su sierva
Agar. El ángel de Jehová, al que se ha identificado como Jesucristo en el
Antiguo Testamento, le prometió grandes bendiciones para su hijo, a la esclava
Agar. Este es el origen de los pueblos árabes. Esta determinación de Abraham y
Sara hubiera sido correcta si no hubiese otra alternativa para ellos poder ser
padres; si lo hubiesen consultado al Señor; si no hubiesen tenido el prejuicio
de la mujer esclava, como objeto útil a sus caprichos.
d) Incredulidad y burla por la Voluntad del Señor.
(Génesis 17:19; 18:9-15) La mujer se burló
de la promesa de Dios, considerando ridículo que una vieja pudiese parir. Le
pondría al hijo de sus entrañas, el nombre de Isaac, que significa “risa”. Dios
tiene muy buen humor y ríe mejor que nosotros.
e) Actúa el prejuicio y se manifiesta el complejo
(Génesis 21:1-14) Finalmente el Señor
cumplió Su promesa a Abraham y Sara dándoles un hijo en su vejez. El padre
estaba gozoso y celebró banquete cuando le destetaron. Pero Sara, molesta por
la conducta de Ismael con Isaac, le pidió a su esposo que despidiese a Agar. El
patriarca complació a su esposa y despidió a la sierva con su hijo, acto muy
poco misericordioso, paternal e inteligente, que hasta el día de hoy tiene sus
consecuencias.
La tendencia masculina, a veces inconsciente, a
clasificar a las mujeres en dos grupos: las buenas, puras e intocables
a semejanza de la madre Sara; y las malas, aptas para la satisfacción
sexual, pero indignas de amor, como la esclava Agar, es llamada “complejo de
Agar y Sara”. Este complejo se genera en la infancia, por imitación del padre o
de figuras masculinas adultas. No sólo es un complejo de hombres, sino también
de mujeres, las que pueden considerarse Saras o Agares, buenas o malas.
El hecho fue anotado por Freud y bautizado por la
pscicoanalista francesa Maryse Choisy, aludiendo al episodio bíblico.
f) El triste epílogo.
(Génesis 25:9; Génesis 25:17). Ismael
creció mucho y se fortaleció en el desierto de Parán, al sur de Canaán. Se casó
con una egipcia, fue padre de 12 príncipes y tuvo además una hija, que vino a
ser esposa de Esaú, hijo de Isaac. Ismael e Isaac sepultaron juntos a su padre
Abraham. Ismael murió a la edad de 137 años. Sus descendientes, los ismaelitas,
se establecieron entre la frontera de Egipto y el golfo Pérsico. El profeta
Mahoma colocó a Ismael a la cabeza de su genealogía. Según el Islam, Ismael
colaboró en la construcción de La Meca.
Ismael es tradicionalmente considerado el padre de todos los
árabes.
La pregunta que a nosotros nos toca hacernos es:
¿Tengo el complejo de Agar y Sara, en el sentido de ver a las mujeres divididas
entre mujeres buenas, castas y puras, y mujeres malas, sólo útiles para el sexo
y los caprichos del hombre? Otra pregunta podría ser ¿Soy una Sara con el
hombre o soy su Agar? La respuesta nos dará la pauta para quitar de nosotros
estos prejuicios, evitar dañar a nuestros hijos con estos prejuicios, y evitar
establecer relaciones inadecuadas como parejas.
EL COMPLEJO DE CAÍN
Otro complejo del alma es el complejo
de Caín. Antes de analizarlo vamos a interpretar el pasaje bíblico que da
nombre a este complejo, para posteriormente descubrir sus relaciones con el
cuadro psicológico.
a) Un hijo esperado y mimado.
“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual
concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido
varón.” (Génesis 4:1)
La primera pareja humana concibe un
hijo, al cual llaman Caín, en hebreo “qanah” que significa adquirir. Un hijo es
algo que percibimos como muy nuestro, casi como una propiedad, dado que es
producto de una relación carnal y nace del cuerpo de la mujer. Los hijos nos
vienen por voluntad de Dios, es Su Providencia la que los permite. Cuando una
pareja no puede tener hijos, más que desesperarse por ello debería preguntar
¿será la voluntad del Señor darnos hijos? ¡Cuál no sería la alegría de nuestros
primeros padres cuando Eva dio a luz a Caín! Allí hubo emociones muy fuertes de
curiosidad, temor y amor. Quizás ellos ya habían visto dar a luz a los animales
mamíferos y algo sospechaban de cómo sería el parto humano. Los nueve meses de
embarazo de Eva tienen que haber sido de mucha expectación. En verdad, en este
breve versículo se resume una serie de acontecimientos, emociones, dudas y
expectativas de la primera familia. Caín, al nacer fue acogido con amor por
parte de sus padres, todas las caricias y atenciones fueron para él.
b) Dos hijos diferentes
“Después dio a luz a su hermano Abel. Y
Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.” (Génesis
4:2)
Luego vino el segundo hijo. La Escritura no dice cuanto
tiempo pasó desde el nacimiento del primogénito, de tal modo que algunos han
planteado que se trataba de mellizos, pero si así fuese la Biblia sería más explícita.
Preferimos pensar que, como es natural no existiendo en esa época sistemas de
control de la natalidad, probablemente fue al año siguiente. Además, la fuerza
física de Caín era mayor que la de Abel, como se verá más adelante.
La identidad de cada joven estaba dada
por su oficio. Uno era pastor y el otro agricultor. Esto coincide con lo que la Historia nos enseña
acerca de las primeras formas de vida humana: la vida nómade de los que
necesitaban buscar buenas pasturas para sus animales y se trasladaban
continuamente; y la vida sedentaria de aquellos que poseían tierras y se
dedicaban a cultivarla. Desde el punto de vista espiritual nos habla de dos
tipos de personas: los que buscan la seguridad en las posesiones materiales y
en la tierra, y los que van como peregrinos por esta vida sin aspirar a lo
material sino que tienen su vista fija en un mundo espiritual (Hebreos
11:9,10)
Caín y Abel representan dos tipos de
personas: el materialista y el espiritual. Desde el comienzo de la raza humana
se deja ver esta diferencia. En sí mismo el materialismo y sentido práctico no
es malo, si se equilibra con un poco de espiritualidad. Por otra parte mucha
espiritualidad sin algo de practicidad puede ser muy dañina; es conveniente que
pongamos nuestros ojos en los altos ideales, pero con los pies bien plantados
en la tierra. El equilibrio entre materialismo y espiritualidad es la correcta
vida cristiana.
Los hijos de Adán y Eva, como en todas
las familias del mundo, eran diferentes en su carácter. No podemos esperar que
nuestros hijos piensen, sientan y actúen igual. Cada uno viene con un
temperamento y recibe distintas influencias del medio, ya que es imposible que
los padres guarden idéntica conducta con todos. Por lo tanto desarrolla un
carácter y una personalidad distintos.
c) Un hijo educado en la fe
“Y aconteció andando el tiempo, que
Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.” (Génesis
4:3)
La inspiración de Caín fue traer a Dios
el producto de su trabajo, del fruto de la tierra. Es probable que esto fuera a
imitación de sus padres, que ya había una forma de adorar a Dios y estar en una
relación con Él, como un primer signo de liturgia o religión. Como los pueblos primitivos
rinden culto a la tierra y a las entidades naturales –el rayo, los árboles, la
lluvia, etc.- Caín ofrendó a Jehová. Esto da cuenta de su clara formación
religiosa en el hogar: tenía conciencia de la existencia de un Dios, que no era
ninguna fuerza de la creación sino una Persona; sabía que debía ofrendar de lo
obtenido de su trabajo, como hoy diezmamos y ofrendamos al Señor. Señala un
autor: “Al salir del Edén , Adán y Eva parecen haber recibido instrucciones de
Dios sobre la importancia de los sacrificios de sangre, ya que Abel recibió
testimonio de ser justo debido a su sacrificio. Lea Hebreos 11:4, 9:22b, esta
doctrina de los sacrificios fue de origen divino.”
Adán y Eva habían tenido la triste
experiencia de perder el Paraíso y una relación pura e íntima con Dios, por su
desobediencia; pero también conocieron la misericordia de Dios cuando Éste mató
un animal y les cubrió con pieles para defenderlos del frío. Luego continuó una
vida de trabajo y de procreación en familia, en que, probablemente arrepentidos
ellos buscaban al Señor. La
Biblia no muestra a Adán y Eva enojados o en contra de Dios,
sino tan sólo viviendo el camino que Dios les señaló: multiplicarse y cuidar de
la tierra. Claramente ellos creían en Dios, cuando Eva dice “Por voluntad de
Jehová he adquirido varón.” (v.1)
Es deber de todo padre y madre
cristianos, educar a sus hijos en la fe. Lo más básico es transmitirles la
creencia en un Dios Trino, enseñarles a conversar con Él y a confiar en Su
sabiduría y amor, conocer la vida de Jesucristo el Salvador –quien dice “Dejad
a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de
Dios” (San Marcos 10:14) –y apreciar la Sagrada Escritura.
Esto ha de ser equilibrado. Hay una promesa de Dios para quien obedece este
principio: “Instruye al niño en su camino,
y aun cuando fuere viejo no se apartará de él." (Proverbios 22:6).
d) Un hijo que sabe agradar a Dios
“Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado
a Abel y a su ofrenda” (Génesis 4:4)
La ofrenda que trajo Abel fue la del
tabernáculo. Él intuyó que debía ofrecer un primogénito y lo más gordo, o sea
lo mejor. Es lo que estaba preparado desde la eternidad, que Dios ofrecería a
Su Hijo, “el Primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15), y que lo
mejor de la Humanidad
sería ofrecido a Dios en el altar del sacrificio. En Cristo habita toda
plenitud (Colosenses 1:19). Por eso Jehová vio con agrado la ofrenda de
Abel, porque en ella estaba simbolizado el misterio de la pasión de Su Hijo y
la salvación de la Humanidad. Pero ,
más allá de la ofrenda material, vio con
agrado a Abel, vio dentro de él, miró su corazón y sintió contentamiento,
como cuando siglos después miraría a Jesús en el Jordán al momento de ser
bautizado y diría: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (San
Mateo 3:17)
e) Raíz del complejo de Caín
“pero no miró con agrado a Caín y a la
ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.” (Génesis
4:5)
Cuando leemos que Dios no vio con
agrado a Caín y su ofrenda, de inmediato nos preguntamos ¿por qué? Incluso
algunas personas no comprenden este pasaje o se molestan con Dios, tildándolo
de caprichoso. Es porque el versículo no hace una radiografía del corazón del
primogénito de Adán, sino que tan sólo da cuenta del hecho, pero en los
versículos siguientes sí podremos enterarnos de quien es él. Jesús nos enseña “Por
sus frutos los conoceréis” (San Mateo 7:20). Los actos posteriores
de Caín lo delatan: ira hacia Jehová y Abel, falta de dominio propio, odio
hacia su hermano, asesinato (San Juan 3:11,12). Caín cometió tres pecados
capitales: soberbia, envidia e ira; faltó al quinto mandamiento de “no matar”;
y falló completamente en el amor (compare con 1 Corintios 13:4-7)
Caín quiso competir con su ofrenda. A
veces queremos sobresalir por nuestra religión y en vez de buscar agradar a
Dios, queremos agradar a los hombres o agradarnos a nosotros mismos. El
primogénito de Eva se relacionaba con Dios a través de un acto externo de
religión, en cambio Abel por medio de ofrendar su corazón, en un acto interno
de fe. La palabra “religión” deriva de “religare” que significa “religar”; la Religión se propone
volver a ligar o unir al hombre con Dios, pero si esta religión es externa de
nada sirve, sino que ha de ser interna, del corazón. Fue el tipo de
religión o relación que pidió Dios a nuestro padre Abraham: “Era Abram de
edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el
Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” (Génesis 17:1)
Pero Caín no tuvo esta actitud interna,
sino que hubo soberbia, envidia e ira en su corazón. Esa fue la raíz de su
complejo. ¿Acaso no es el orgullo la raíz de todo pecado?
f) Primera manifestación del complejo: enojo
“Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué
te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?” (Génesis
4:6)
Lo humano y carnal es ensañarse y
enojarse cuando la voluntad de Dios, Su mirada, no nos agrada. Necesitamos
acostumbrarnos a aceptar las decisiones del Señor que no están en consonancia
con nuestros pensamientos. Tenemos nuestras propias ideas acerca del trabajo
que nos conviene o mejor dicho “que nos agrada” mas Dios tiene sus propias
ideas acerca de la labor que tenemos que desempeñar. Así mismo pasa con las
elecciones que hacemos de estudios, esposo/a, lugar de residencia, iglesia a la
que pertenecer, actividades de recreación, etc. Nosotros nos dejamos llevar por
el placer, pero Dios tiene otro plan: desarrollarnos en virtudes cristianas,
usarnos para obras de bien y multiplicarnos en nuevos cristianos. ¡Qué opuesto
a nuestros “panoramas”!
La primera manifestación del complejo
de Caín es el enojo con el hermano. También hay un enojo con Dios o los padres
que “prefieren” al otro hermano.
g) Solución del complejo: resistirlo o
dejarlo entrar
“Si bien hicieres, ¿no serás
enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a
ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” (Génesis
4:7)
La ofrenda de Caín a Dios fue un
corazón lleno de odio, envidia, rencor…, lo cual no puede agradar al Señor. Dios
le aconseja Si haces lo bueno y no te enojas porque Yo me he agradado de tu
hermano, tú serás admirado por todos, tu persona se verá muy bien, será
enaltecida. Pero si insistes en enrabiarte ello te llevará a algo peor. No
alimentes tu ira. El pecado está golpeando a tu puerta, mas tú puedes
resistirlo y no dejarlo entrar. ¡Qué consejo tan sabio! Por no seguirlo se
han separado hermanos, se han desunido familias y amigos, se ha declarado la
guerra y se han destruido los seres humanos. La historia de Caín y Abel es un abstract
de la historia del Hombre.
h) Resultado del complejo: la muerte
“Y dijo Caín a su hermano Abel:
Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra
su hermano Abel, y lo mató.” (Génesis 4:8)
Abel estaba consagrado a Dios, por
tanto moriría. Su muerte es la muerte de Cristo, Hijo Consagrado de Dios.
Cuando alguien ama a Dios de esa manera, lo más probable es que sea odiado. Ha
pasado a través de toda la historia del Cristianismo. El historiador romano Cornelio
Tácito, dice en el libro XV de los Annales: “Como corrían voces que el incendio
de Roma había sido doloso, Nerón presentó como culpables, castigándolos con
penas excepcionales, a los que, odiados por sus abominaciones, el pueblo
llamaba cristianos”. Tertuliano, teólogo del siglo III, dijo que la sangre de los
mártires es semilla de la
Iglesia puesto que mientras más se la derramaba más
cristianos había. Podemos decir que Abel fue el primer mártir en la historia de
la Humanidad
y es un tipo de Jesucristo: a) ambos fueron odiados; b) ambos fueron
rechazados; c) ambos fueron asesinados; d) ambos dieron una ofrenda excelente.
El resultado del complejo es la muerte de la
relación, de la amistad, de la hermandad y de la propia alma que pierde la paz.
i) Superación del complejo: el amor
“Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel
tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” (Génesis 4:9)
Caín, como hijo mayor, debía ser
cobertura de su hermano, sin embargo no le amó y lo destruyó. Cuidar del
hermanito menor y respetar al hermano mayor es siempre la solución al complejo.
También los padres deben ser equilibrados en los cuidados que prodigan a sus
hijos (Efesios 6:4). “Padres, no irritéis a vuestros hijos, para que no
se desanimen” (Colosenses 3:21). La clave para solucionar el complejo es
el amor equilibrado.
j) La sangre de la reconciliación
“Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz
de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.” (Génesis
4:10)
La voz de Abel clama desde la tierra.
Abel nos habla fuertemente a nuestra conciencia de hombres y mujeres, a ser
considerados con nuestros hermanos y no dejarnos llevar más por el odio, la
envidia y la soberbia. La voz de Abel es la voz de Cristo. Cristo derramó su
sangre por nosotros, como Abel derramó su sangre por el rechazo de su hermano.
La voz de Cristo clama desde la cruz: “Miradme a mí y sed salvos, todos los
confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.” (Isaías 45: 22)
Dar a conocer al niño esta historia bíblica será muy positivo y puede llevar al
arrepentimiento a un pequeño Caín. No nos quedemos sólo en la acusación del
pecado, sino que entreguemos la solución: Cristo es la solución, Él ha muerto
por Caín como por Abel, el perdón de Dios y la regeneración es la mejor
solución.
Según Sigmund Freud, padre del
Psicoanálisis, la rivalidad existente entre los hermanos sería la base de la
justicia. Dice este autor: "El instinto gregario se va formando sólo
paulatinamente en la nursery como efecto de las relaciones entre hijos y
padres y como reacción al sentimiento de celos con que el hijo mayor empieza
por acoger la intrusión del hijo menor. El primero descartaría de muy buena
gana a éste último, para separarle de los padres y despojarle de todos sus
derechos; pero en presencia del amor igual que los padres manifiestan hacia
todos sus hijos, y ante la imposibilidad de mantener a la larga dicha actitud
hostil, sin perjuicio para aquellos mismos que empezaron por adoptarla, acaba
por operarse una identificación entre todos los hijos, y se constituye un
sentimiento de comunidad que sufrirá en la escuela su desarrollo ulterior. La
primera exigencia que nace de esta reacción, es la de justicia, de trato igual
para todos".
COMPLEJO
DE JOB
“Complejo de
Job” es el nombre global dado a las dolencias "psicógenas" de la piel.
Se ha observado proclividad a las dermatitis psicosomáticas en personas que se
ofenden con facilidad, que se sienten agraviadas, con o sin motivo. De acuerdo
a esto, estaría viviendo el complejo de Job, quien se sintiese víctima de Dios,
la vida o el destino, sin un motivo aparente. Hay muchas personas que van por
el mundo experimentando esa sensación de ser sujetos que padecen por culpas
ajenas o por causas fortuitas.
Un hijo de Dios santo y recto.
“Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era
este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.” (Job 1:1)
Este libro nos muestra a un hombre “perfecto” en el
sentido bíblico. Recordamos las palabras de Jesús en el sermón del monte,
cuando nos amonesta “Sed perfectos como mi Padre que está en los cielos es
perfecto” (San Mateo 5:48) Esta perfección se refiere a santidad, es
decir esa condición de vivir apartado para los valores de Dios. En el Antiguo
Testamento el hebreo Kadosch, santo, significa estar separado de lo
secular o profano y dedicado al servicio de Dios. El pueblo de Israel se
conocía como santo por ser el pueblo de Dios, así como Job “apartado del mal”.
La santidad de las criaturas es subjetiva y/o
objetiva. Es subjetiva en esencia por la posesión de la gracia divina y moralmente
por la práctica de la virtud; es objetiva porque ha sido consagrada para ello.
Los cristianos somos consagrados a Dios como sacerdotes del Dios Altísimo, por
medio del bautismo. La santidad de Dios identifica su separación de todo lo
malo. Los seres humanos son santos cuando se apartan del pecado y viven según
la voluntad de Dios. Los cristianos somos santificados o “hechos santos” por
medio del sacrificio de Cristo en la cruz; además vivimos un proceso de
santificación pues hemos sido “llamados a ser santos” (Romanos 1:7)
Un hombre próspero.
“Y le nacieron siete hijos y tres hijas. / Su
hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes,
quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos
los orientales. / E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en
su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen
con ellos.” (Job
1:2-4)
Los hebreos del Antiguo Testamento, particularmente
en el período precedente al exilio en Babilonia, creían en la “ley de
retribución”. Según ésta, “la bendición de Dios, que hacía vivir y
prosperar, estaba condicionada a la fidelidad del pueblo; la maldición,
que llevaba a la miseria, el dolor y la muerte, era consecuencia de la infidelidad.”
En ese contexto religioso vivía el protagonista del libro de Job, pensamiento
que aún hoy muchos cristianos sostienen.
Esta filosofía fue presentada por los amigos de
Job, específicamente Bildad Suhita, quien la sintetiza aproximadamente en el
año 1520 antes de Cristo. Apelando al argumento tradicional, formula su tesis
en relación a estos tres aspectos: pobreza, enfermedad y sufrimiento; él dice, “Así
como el prado no puede crecer sin agua, secándose primero que toda la hierba,
tales son los caminos de los que se olvidan de Dios”. (Job 8:11-13)
Añade Bildad, “Job, tus hijos pecaron contra Dios, por eso Él los echó en el
lugar de su pecado”. (Job 8:4). Zofar, siguiendo la misma línea de
pensamiento de Bildad, corrobora con éste: “… ¡Oh quien diera que Dios
hablara, y abriera sus labios contigo… conocería entonces que Dios te ha
castigado menos de lo que iniquidad merece!” (Job 11:5,6). Concluye
Bildad su tesis: “ Si fueres limpio y recto, ciertamente… hará próspera tu
morada…” (Job 8:6). Se puede
deducir fácilmente, que la filosofía de Bildad, aplaudida por Zofar, es esta: La
pobreza, el sufrimiento y la enfermedad, son el resultado de una vida que
niega, se aparta y se olvida de Dios, por cuanto Job no era ni limpio ni
recto, su morada no podía prosperar.
En el Nuevo Testamento los discípulos del Señor conservaban,
por ignorancia, la filosofía de Bildad; hecho que se revela cuando ellos le
formulan esta pregunta a Cristo: “Rabí, ¿Quién peco, éste o sus padres para
que haya nacido ciego?”. A tal aseveración Jesús responde categóricamente:
“No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se
manifiesten en él”. (Juan 9:1-3). Dado que muchos predicadores de la
iglesia primitiva enfatizaron la prosperidad en un solo aspecto:
Riquezas, dinero y ganancias, evidentemente fueron censurados por el Espíritu
Santo y los apóstoles (Judas 11; Apocalipsis 3:16; 1Timoteo 6:5; 2 Pedro
2:3). El ataque apostólico apuntó hacia aquellos que convirtieron el Evangelio
en un camino de comercio y no en contra de la prosperidad que es una promesa
explícitamente demostrada en las Escrituras (3 Juan 2)
Un hombre piadoso.
“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días
del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía
holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán
pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta
manera hacía todos los días.”
(Job 1:5)
A través de este versículo podemos observar que Job
era un hombre piadoso. Dice la
Palabra de Dios que “la gimnasia corporal es de poco
provecho; pero la piedad es útil para todo y tiene promesas para la vida
presente y para la futura.” (1 Timoteo 4:7,8). La sana enseñanza
aconseja la práctica de la piedad o vida devocional como un modo de apurar la
venida del Señor (2 Pedro 3:11,12; 1 Timoteo 6:11) Hay un
misterio de la piedad, cuyo conocimiento y práctica lo guarda la Iglesia (1 Timoteo 3:16).
Hablando del Padre Nuestro, Santo Tomás, teólogo del siglo XIII, dice: “Consiste
la piedad en un afecto cariñoso y deferente al propio padre y a cualquier
hombre sumido en desgracia. Por consiguiente, siendo Dios Padre nuestro no sólo
debemos respetarle y temerle, sino además abrigar ese devoto y cariñoso afecto
para con Él”
Dios permite que el Diablo le someta a pérdida de
sus bienes.
“Un día vinieron a presentarse delante de Jehová
los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. /Y dijo Jehová a
Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la
tierra y de andar por ella. / Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi
siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal? /Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
¿Acaso teme Job a Dios de balde? / ¿No le has cercado alrededor a él y a su
casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por
tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. / Pero extiende ahora tu mano
y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma
presencia. / Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano;
solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.” (Job 1:6-12)
Robo de bueyes y asnas y asesinato de los criados
de Job.
“Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y
bebían vino en casa de su hermano el primogénito, / y vino un mensajero a Job,
y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, / y
acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada;
solamente escapé yo para darte la noticia.” (Job 1:13-15)
Muerte de ovejas y pastores de Job.
“Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que
dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y
los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia.” (Job 1:16)
Acuchillamiento de camellos y criados de Job.
“Todavía estaba éste hablando, y vino otro que
dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos
y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé
yo para darte la noticia.”
(Job 1:17)
Mueren aplastados los hijos de Job.
“Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo:
Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el
primogénito; / y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro
esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente
escapé yo para darte la noticia.”
(Job 1:18-19)
Duelo y fidelidad de Job a Dios.
“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y
rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, / y dijo: Desnudo salí del
vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el
nombre de Jehová bendito. / En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios
despropósito alguno.”
(Job 1:20-22)
Dios permite que el Diablo le someta a enfermedad.
“Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios
para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos
presentándose delante de Jehová. / Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes?
Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. /
Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro
como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del
mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él
para que lo arruinara sin causa? / Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel
por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. / Pero extiende ahora
tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu
misma presencia. /Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas
guarda su vida.” (Job
2:1-6)
Job enferma de su piel.
“Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová,
e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla
de la cabeza. / Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado
en medio de ceniza.”
(Job 2:7,8)
El
rubor por vergüenza o el sudor por miedo, son dos ejemplos que ilustran cómo
múltiples respuestas emocionales se ponen de manifiesto a través de la piel.
Mientras que las alteraciones cutáneas, como los angiomas, el vitíligo, los
lunares o las cicatrices deformantes, afectan a la estabilidad emocional del
individuo, determinadas alteraciones
psíquicas desencadenadas por el estrés pueden influir sobre la enfermedad
cutánea, tal y como ha dejado de manifiesto la Sociedad Española
de Dermatología y Psiquiatría.
La palabra “estrés” deriva del término
inglés "stress", que significa "fatiga", en especial
la fatiga de materiales. Es toda demanda física o psicológica fuera de lo
habitual y bajo presión que se le haga al organismo, provocándole un estado
ansioso. En la mayor parte de los casos, el estrés aparece debido a las grandes
demandas que se le imponen al organismo.
En el caso de las alteraciones dérmicas, cuando se
reestablece el equilibrio de la autoestima y cesa el sentimiento de agravio,
éstas desaparecen.
El nombre “Complejo de Job”, creado por el
psicoanalista norteamericano Félix Deutsch, recuerda al patriarca bíblico Job,
quien tuvo que soportar como prueba divina, todo tipo de sufrimientos y plagas,
incluyendo ulceraciones de la piel.
De
lo antedicho podemos colegir que el justo Job padeció una dolencia
"psicógena" de la piel. En cierto modo él se sintió agraviado por
Dios, sin comprender el motivo. Ante tanta calamidad vivida, su problema
cutáneo fue la respuesta emocional de su organismo. El estrés provocado por
tales experiencias, probablemente influyó sobre su enfermedad cutánea.
Indudablemente las pérdidas materiales y familiares sufridas por Job ejercieron
tal demanda y presión psicológica fuera de lo habitual que provocaron un agudo
estado ansioso.
Su propia esposa se vuelve contra Job.
“Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu
integridad? Maldice a Dios, y muérete. / Y él le dijo: Como suele hablar
cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado.” (Job 2:9,10a)
Aceptación de la prueba por Job.
“¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo
recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.” (Job 2:10b)
¿Fue afectada la autoestima de Job con las pruebas
a que fue sometido en el pasaje estudiado? Si aplicamos a la conducta de Job
este sencillo “test” de cuáles son las conductas que nos hablan de una
autoestima positiva, podremos aventurar una respuesta a la interrogante.
Test de
Autoestima: (Responda Si o No)
1. Cree firmemente en ciertos valores y principios,
está dispuesto a defenderlos aún cuando encuentre fuerte oposiciones
colectivas, y se siente lo suficientemente seguro/a como para modificar esos
valores y principios si nuevas experiencias indican que estaba equivocado/a.
2. Es capaz de obrar según crea más acertado,
confiando en su propio juicio, y sin sentirse culpable cuando a otros le parece
mal lo que haya hecho.
3. No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo
que haya ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.
4. Tiene confianza por su capacidad para resolver
sus propios problemas, sin dejarse acobardar por los fracasos y dificultades
que experimente.
5. Se considera y realmente se siente igual, como
persona, a cualquier otra persona aunque reconoce diferencias en talentos
específicos, prestigio profesional o posición económica.
6. Da por supuesto que es una persona interesante y
valiosa para otros, por lo menos para aquellos con quienes se asocia.
7. No se deja manipular por los demás, aunque está
dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
8. Reconoce y acepta en sí mismo/a una variedad de
sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y está dispuesto/a
a revelarlas a otra persona si le parece que vale la pena.
9. Es capaz de disfrutar diversas actividades como
trabajar, jugar, descansar, caminar, estar con amigos, etc.
10. Es sensible a las necesidades de los otros,
respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas, reconoce sinceramente
que no tiene derecho a mejorar o divertirse a costa de los demás.
(Si suma las respuestas positivas, obtendrá el
resultado en términos porcentuales)
Si analizamos la conducta de Job, a la luz del
test, podemos concluir que su autoestima jamás se vio infravalorada por las
circunstancias. Mas quedaría una prueba mayor: el juicio de sus amigos, cosa
que veremos en otra oportunidad.
Luego de leer completo el libro de Job, podemos
hallar lo siguiente:
1) Conductas positivas de Job:
- No renunció a sus valores y principios
espirituales, a pesar de las críticas de su esposa y amigos.
- Su obrar no era de acuerdo al “qué dirán” sino a
sus principios, al concepto que Él tenía de la Divinidad.
- Se consideraba igual, como persona, a otros y
reconocía diferencias en capacidades, prestigio y posición económica.
- Daba por supuesto que era una persona interesante
y valiosa para otros, por lo menos para sus amigos, aunque ahora ellos le
criticaran.
- Reconocía y aceptaba en sí mismo una variedad de
sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y estuvo dispuesto
a confidenciarlas.
- Evidentemente Job era una persona sociable,
misericordiosa, trabajadora y de muchos amigos, cosa que disfrutaba.
- Como “justo” del pueblo de Dios, era sensible a
las necesidades de los otros, respetaba las normas de convivencia, respetuoso
de su prójimo.
2) Conductas negativas de Job:
- Sí se preocupó y quejó de su suerte, deseando
incluso no haber nacido.
- Se dolió mucho ante los fracasos y dificultades
que experimentó; en verdad su fe tambaleó.
- En cierto modo permitió ser manipulado por el
juicio de ellos.
En conclusión, pesan mucho más las conductas
positivas de Job, de lo cual podemos concluir que tenía una excelente
autoestima, basada en una indeclinable fe en Jehová. Su fe fue probada y, como
humano, tambaleó, no comprendió el propósito del Señor, pero finalmente, reestablecido
el equilibrio de su autoestima, cesó el sentimiento de agravio y recuperó su
salud de modo integral.
COMPLEJO
DE JUDAS
Podemos llevar en el alma dolores muy grandes,
aparte de la culpa por el pecado. Hay heridas, traumas y complejos. Otro
complejo del alma es el que la
Psicología llama “complejo de Judas”. ¿Por qué? Porque el que
lo sufre experimenta un ánimo de traición impulsado por cierto resentimiento.
El sujeto no soporta la superioridad, sobretodo moral, de otra persona de mayor
valía, se siente inferior y disminuido por el otro. Adopta conductas de
deslealtad y con su perfidia procura reestablecer inconscientemente su autoestima
quebrantada. ¿Cuál era el resentimiento de Judas? La evidente superioridad
moral y espiritual de su Maestro. La autoestima de Judas necesitaba poner en un
lugar de menor valor a Jesús, para sentirse bien y aprobado. Las treinta
monedas de plata no explican suficientemente la villanía del Iscariote. La
traición del “amigo” va más allá del interés material o económico.
En la lista de los apóstoles figura
como el “traidor” (San Mateo 10:4; San Marcos 3:19; San Lucas 6:16),
Judas Iscariote, uno de los Doce, quien vendió a su Maestro a los enemigos. La traición
es una falta que se comete quebrantando la
fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener a alguien o algo; en Derecho es
un delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la
patria. Se llama alta traición a la cometida contra la soberanía o contra el honor,
la seguridad y la independencia del Estado. Matar, entregar o actuar a
traición es hacerlo alevosamente,
faltando a la lealtad o confianza.
La traición es una violación de la
fidelidad o lealtad que se debe a una persona. Puede llevarse a cabo por
personas que amamos o en las que confiamos como hermanos, amigos, cónyuges, compañeros
de trabajo, etc., pero nunca con extraños o enemigos. No se traiciona a un
enemigo o a alguien desconocido para nosotros. A mayor amor, confianza o compromiso
que se tenga a una persona más fuerte será el dolor de la traición.
Los apóstoles en su ministerio reconocieron a Judas como un traidor, el
que entregó a su Maestro. “Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura , la cual dijo
antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas, que fue guía de los que
prendieron á Jesús” (Hechos 1:16); “Para que tome el oficio
de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para
irse á su lugar.” (Hechos 1:25)
Podríamos nombrar otros traidores en la Biblia :
a)
La historia humana se inicia con la traición de
Adán y Eva hacia su Creador; producto de la traición de Lucifer en los cielos.
b)
Ya a la segunda generación, la Biblia da cuenta de otra
traición, la de Caín para con su hermano Abel.
c)
Dalila, quien traicionó a Sansón, cortándole el
cabello para que perdiera sus fuerzas. La expresión de Sansón al verse
traicionado, apoyado a una columna del templo, fue: “Aquí morirá Sansón con
todos los filisteos.” Sacudió la columna y el templo se desplomó.
d)
El Rey David escribe acerca de la traición de un
amigo cercano con quien incluso había compartido el pan: “hasta mi amigo
cercano, en quien yo confiaba, a quien compartí mi pan, ha levantado su talón
en contra mía” (Salmo 41:9)
Cuenta el Evangelio que Judas Iscariote un día se
contactó con los enemigos de Jesús, que deseaban apresarlo para juzgarlo e
inhabilitarlo como maestro espiritual de Israel, y lo vendió por dinero. “Entonces
uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales
sacerdotes, /y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron
treinta piezas de plata. /Y desde entonces buscaba oportunidad para
entregarle.” (San Mateo 26:14-16) ¿Cómo devino la historia de Judas
Iscariote hasta ese momento? Es el proceso de degradación que vivió este
discípulo hasta llegar a cometer la más alta traición: vender a su Maestro.
A continuación vamos a examinar el camino
de Judas, que es el camino de la envidia, la avaricia, la traición y la
perdición; es un camino de infidelidad, huella que jamás debe pisar un
discípulo. Para la elaboración de esta última parte de la enseñanza hemos
utilizado profusamente un interesante estudio del hermano Fredy Monterroza.
- Judas es atraído por la personalidad carismática
de Jesucristo.
El Señor Jesucristo no solamente le
ofreció a Judas una vida mejor, sino el privilegio de ser parte de un grupo de
ministros para predicar la salvación a los que como él estaban perdidos. Mas
Judas Iscariote jamás se convirtió, nunca aceptó el regalo de la vida, pues los
ideales de Jesús no eran compatibles con los suyos. El Maestro le ofreció un
Reino que no es de este mundo, Reino que en la Persona de Jesús se acercó
a nosotros. (San Marcos 1:15). Jesucristo es un Rey que gobierna
un reino espiritual; Él es Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz (Isaías
9:6). Su reino que resplandece en medio de las tinieblas (Isaías 9:2;
San Juan 3:16-21). Lamentablemente Judas, como muchos seres humanos, no
aceptó ese Reino ni a su Rey.
- Judas sigue al Maestro atraído por su fama.
Podemos pensar que al principio estaba
entusiasmado por los prodigios y milagros que hacia Jesús y por que mucha gente
lo quería hacer rey: “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para
apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.” (San
Juan 6:15).
- Judas tiene dudas frente al tipo de Reino que ofrece
Jesús.
Judas tenía ideas mundanas. El rechazo
de Jesús al ofrecimiento del poder y la gloria, le pudo sorprender al discípulo
y pronto se produjeron dudas en su corazón, resistiéndose a abandonar sus anhelos
de verse como uno de los principales del nuevo rey de Israel.
El estilo de vida que Jesús y sus
discípulos llevaban era sacrificado e itinerante. El Maestro se trasladaba con
sus discípulos por ciudades y aldeas predicando el mensaje del Reino de Dios.
Muchas veces no tenían donde recostar la cabeza, otras veces no tenía lo
necesario para comer, y por supuesto; había ausencia de todo tipo de lujos.
Para Judas, Jesús no parecía un hábil líder
ni político. No se ganaba la simpatía de los poderosos, sino que los confrontaba
con sus pecados, convirtiéndolos así en sus enemigos. Hombres con influencia,
que podrían haberle ayudado, como Nicodemo, permanecieron ocultos cuando se
desató la persecución contra él.
- Judas comienza a rechazar la santidad y
principios del Maestro.
No resistimos la santidad cuando vivimos en pecado. Una persona mediocre experimenta
un tremendo rechazo ante alguien santo, le repugna y puede llegar a odiarle.
Jesús ama a Judas, pero ese amor resulta en rechazo por parte de Judas. Su mala
conducta no se convierte en contacto con la santidad de Jesús, sino que le
rechaza con un espíritu negativo. Luego viene la crítica amarga y la reacción
entre los demás discípulos, podemos ver caras largas y desánimo, lo que abre
más la grieta de su corazón para cuando
llegue la tentación y poder entregar al amigo y Maestro. “A la verdad el
Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por
quien es entregado! / Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de
ellos sería el que había de hacer esto.” (San Lucas 22:22,23)
- Judas es ladrón.
Como administrador de las finanzas del
ministerio de Jesús, Judas sustraía dinero. Los apóstoles no entendieron cuando
el Maestro le dijo a Judas que hiciera cuanto antes lo que tenia que hacer.
Creyeron que se refería a alguna compra para la fiesta o que fuese a ayudar a los
pobres, mas Jesús se refería a la traición de Judas (San Juan 12:3-6; San
Mateo 26:21,23-24)
- Judas es avaro.
Lo retrata de cuerpo entero su reacción
ante la unción de Jesús: “Seis días antes de la pascua, vino Jesús a
Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había
resucitado de los muertos. / Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y
Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. / Entonces María
tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de
Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
/ Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había
de entregar: / ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y
dado a los pobres? / Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino
porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. /
Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. /
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me
tendréis.” (San Juan 12:3-8)
Con esta crítica Judas no sólo es miserable, sino
que la misma alcanza a Jesús quien lo exhorta en público con fortaleza y
serenidad. La critica Judas muestra su
gran amargura de corazón, lo cual no es un deseo de justicia y caridad hacia
los pobres, sino de la rebeldía interior ante la evidencia de que seguir al Maestro
requiere abandonar las cosas mundanas, la avaricia, las ambiciones y el poder
terrenal.
En la entrada de la Pascua vemos a Jesús siendo
amado por todos los suyos, pero en todo este ambiente amoroso se encuentra un
traidor, que ya se ha puesto de acuerdo con los enemigos del Reino de Dios para
entregarle.
- Judas se vuelve apóstata.
Apostasía es abandonar públicamente las
creencias religiosas o políticas; volverse atrás, recaer (Hechos 21:21;
Jeremías 31:30-34; Hebreos 3:12). Apostasía es la fe que se abandona;
indica la posición de la cual se puede caer, una profesión de fé que se
abandona de manera deliberada. No se trata de un cristiano que caiga en pecado,
sino de aquél que vuelve atrás, que profesa la fe exteriormente pero que no ha
experimentado la conversión genuina. Las Escrituras no ofrecen ninguna
esperanza para una persona en ese estado.
- Judas vende a su Maestro a los sacerdotes.
Probablemente la esperanza de un reino
material indujo a Judas sustraer de la bolsa el dinero. La idea de un rey
terrenal le conduce a traicionar la fidelidad. El designio divino es
transparente en este caso. Judas fue a los principales sacerdotes para entregar
a Jesús. Los sacerdotes se alegraron por la noticia y le ofrecieron dinero. La
cantidad era treinta monedas de plata, profetizadas por la Escritura (Zacarías
11:12). Treinta monedas de plata era el precio por un cordero pascual y por
otro lado también era el precio por la muerte de un esclavo causada por un
animal de labranza.
“Entonces uno de los doce, que se
llamaba Judas Iscariote, fue á los príncipes de los sacerdotes” (San Mateo 26:14; San Marcos 14:10)
- Satanás entra en Judas.
Satanás entra en la vida de una persona
sólo cuando se le permite entrar. Puede tentar como lo hizo con Jesús, y lo
puede hacer con todos, pero para entrar necesita una puerta abierta. Satanás es
rebelde pero inteligente, conoce las debilidades de los hombres y las pone a
prueba. Odia a Dios y sabe que la mayor victoria que puede obtener es destruir
al hombre que posee la imagen de Dios mismo. Judas se convierte en instrumento
de Satanás para llevar a cabo el arresto de Jesús y su crucifixión. “Y entró
Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los
doce” (San Lucas 22:3); “Y cuando cenaban, como el diablo ya
había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase”
(San Juan 13:2)
El Diablo conoce la debilidad de Judas,
sabe las malas intenciones de Judas, su deseo de poder y ambición económica. A
lo largo de los tres años ha observado sus malas intenciones y resentimiento
por no aceptar lo que Jesús está haciendo. Judas no entiende el amor tan grande
de Jesús, que lo ha conducido a muchos lugares para predicar del gran amor y
misericordia Divina hacia los quebrantados de espíritu, tampoco entiende su
reacción contra los religiosos fariseos. Esta acción de amor y paciencia llena
a Judas de odio.
Jesús sabía perfectamente quien era Judas, conocía
sui corazón como el de cada discípulo. Es así que en una ocasión insinúa: “Jesús
les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es
diablo? /Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le
iba a entregar, y era uno de los doce.” (San Juan 6:70,71)
Por lo demás, Jesús anuncia la traición de Judas:
“Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De
cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. /Entonces los
discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. / uno de sus
discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. /A éste,
pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien
hablaba. /El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor,
¿quién es? /Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y
mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. /Y después del bocado,
Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más
pronto. /Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo
esto. /Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le
decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.
/Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.” (San Juan 13:21-30) “Entonces
respondiendo Judas, que le entregaba, dijo. ¿Soy yo, Maestro? Dícele: Tú lo has
dicho.” (San Mateo 26:25)
- Judas entrega a su Maestro en la oscuridad.
Judas le entrega de noche y le da un
beso como señal para sus perseguidores. “Y hablando aún él, he aquí Judas, uno
de los doce, vino, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de
los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo.” (San Mateo
26:47; San Marcos 14:43; San Lucas 22:47; San Juan 18:2-5) El beso de
Judas. “Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del
hombre?” (San Lucas 22:48)
- Judas no soporta su culpa y se suicida.
Judas siente cargo de conciencia por
haber entregado a su Maestro y ser un traidor. “Entonces Judas, el que le había
entregado, viendo que era condenado, volvió arrepentido las treinta piezas de
plata á los príncipes de los sacerdotes y á los ancianos” (San Mateo 27:3-5)
- Judas se pierde eternamente.
¿Se salvó Judas Iscariote? De acuerdo a
los conceptos y preceptos bíblicos, no se salvó (Romanos 10:9-10; San Juan
17:12; San Mateo 3:7-10). Sin un verdadero arrepentimiento no podemos ser
salvos. Judas no se arrepintió porque no cambio de actitud, arrepentirse es
cambiar de actitud.
Finalmente cabría preguntarnos: ¿Tengo el “complejo
de Judas” o lo he sufrido alguna vez con un amigo, profesor, compañero de
trabajo, pastor u otra autoridad? ¿Me siento o he sentido disminuido frente a
otras personas, lo cual ha provocado en mí envidia, rechazo u odio? ¿Se ha
incubado en mí alguna vez la infidelidad hacia aquellas personas que me amaban?
¿He traicionado la buena fe o confianza de otros? ¿Siento que esta Iglesia, mi
familia o mi trabajo no cumplen mis expectativas? ¿Cuál es mi motivación para
seguir a Jesucristo? ¿Me siento atraído al Señor por Él mismo o por sus
líderes, por su personalidad carismática o porque amo a Jesucristo? ¿Sigo a
Jesucristo por lo que Él me ofrece materialmente o por el legado espiritual? ¿Cuál
es el Reino que quiero para mí? ¿Me siento atraído por la santidad y principios
de Jesucristo, o me atraen más las cosas de este mundo? Ladrón no es solamente
quien sustrae una cosa a otro, también es aquél que aprovecha las bendiciones
del Reino sin dar nada por el Reino. En este sentido ¿soy un ladrón? ¿Soy una
persona generosa con el prójimo y con la obra de Dios o más bien soy un avaro?
¿He apostatado alguna vez de la fe? ¿Estoy cuidándome de no seguir el camino de
la apostasía? Vender al Maestro es
traicionar la lealtad que debemos a Cristo; ¿qué tan leal soy al Señor?
Cuidemos, hermanos, que Satanás no entre
en nosotros por medio de la deslealtad, la avaricia y la falta de fe. Cuidemos
el don más precioso que hemos recibido del Creador: nuestra alma, salvada por
la sangre de Jesús.
PARA REFLEXIONAR:
1) Lea, medite y ore, uno cada día, los siguientes
textos tomados de los Salmos: 3:1-8; 6:6-8; 9:9, 10; 11:1-7; 18:5, 6; 23:1-6;
27:7-9; 30:11, 12; 31:12, 19-22; 32:7, 8; 34:18, 19; 36:7-10; 55:5-9, 22;
56:8-11; 63:6-8; 84:8-10 y 130:1-6.
2) Aplíquese el Test de Autoestima, contestando Si
o No. Luego sume las respuestas positivas y obtendrá un porcentaje.
3) Lea, estudie y reflexione sobre las
profecías acerca de la acción de Judas, en el Antiguo Testamento: Salmo 41:9;
Salmo 109:8; Zacarías 11:12-13. Compare con: San Mateo 26:21-25; San Marcos
14:18-21; San Lucas 22:21-23; San Juan 13:18-26; San Juan 17:12; Hechos
1:16-20; San Mateo 26:20-25.
BIBLIOGRAFÍA
1) Tipos de Sacrificios; http://www.geocities.com/RainForest/Andes/8192/sumuerte.html
2) "Ensayos de Psicoanálisis”.
3)
Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española.
4)
David Puchol Esparza; “El trauma
psicológico”; Universidad de Valencia, España.
5) “Despertad”,
22 de agosto de 2001.
6)
Actitudes, Complejos y Trastornos de la Personalidad ;
http://www.producto-light.com.ve/actitudes/complejos.html
7)
Diccionario de Complejos;
http://www.apocatastasis.com/diccionario-complejos.php
8) Ismael y los Ismaelitas;
http://es.wikipedia.org/wiki/Ismael
9) Verónica García Ortega;
http://www.monografias.com/trabajos5/autoest/autoest.shtml
10) Enciclopedia GER, J. Salguero García, Ediciones
Rialp S.A. Gran Enciclopedia Rialp, 1991.
11) Fredy Monterroza; http://www.revelaciondivina.com/id105.html
12) Diccionario “El Pequeño Larousse”
13) W.W. Rand;
"Diccionario de la
Santa Biblia "; Editorial Caribe; Miami, Florida, Estados
Unidos
14) Santa
Biblia, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers,
USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario