I PARTE
Pastor Iván
Tapia
Lectura bíblica: San Lucas 11:1-4
Propósitos de la charla: a) Desarrollar una vida
devocional y comunión personal con el Señor más rica, vital y dinámica; b)
Aprender formas creativas de oración para relacionarse mejor con Dios.
L
|
os discípulos de Jesús le preguntaron al Maestro cómo
debían orar. Él les entregó un modelo, el llamado Padre Nuestro, del cual
podemos aprender mucho sobre cómo orientar nuestra oración personal. En el
capítulo 11 del Evangelio según San Lucas podemos encontrar varios principios
para nuestra vida devocional, como también en el Sermón del Monte. En toda la Biblia hay mucho material
para aprender a orar, desde oraciones hechas por diversos personajes, oraciones
respondidas, consejos sapienciales, hasta las más bellas e inspiradas oraciones
en forma de Salmos.
En resumen podemos decir que hay a lo menos cinco
formas básicas de oración:
1.
Oración
de alabanza, acción de gracias y adoración.
2.
Oración
de petición e intercesión.
3.
Oración
de perdón y sanación.
4.
Oración
de reflexión y lectura de la
Palabra de Dios
5.
Oración
contemplativa y silencio.
Estas cinco instancias se dan en el culto u oración
comunitaria, dentro de la liturgia propia de la iglesia en que participemos.
En esta serie estudiaremos sólo la oración personal, aquella que hacemos en nuestra intimidad con Dios, sin
presencia de otras personas. El propósito es que desarrollemos una vida
devocional y comunión con el Señor más rica, vital y dinámica. De la
profundidad, sinceridad, perseverancia, intensidad y tiempo de oración
dependerá en gran manera la eficacia y éxito de nuestro servicio a Dios, como
el crecimiento espiritual del discípulo. Oración personal y comunitaria,
estudio y práctica de la
Palabra de Dios, participación en el sacramento de la Santa Cena , sujeción al
Cuerpo en el discipulado, testimonio y evangelización, son factores que
propician el desarrollo cristiano. La oración, unida a la alabanza, el ayuno y
la meditación de la Palabra
de Dios, conforman lo que llamamos “vida devocional” y es el factor primordial
para el buen crecimiento del discípulo.
Partiremos por decir que necesitamos separar o dedicar
tiempo para la oración personal. Esto implica disciplina, tendremos que
renunciar a ciertas horas de sueño o ajustar la distribución diaria de nuestro
tiempo.
ALGUNOS CONSEJOS PREVIOS.
1.
Conózcase a sí mismo. Cada persona es diferente en cuanto a sus gustos,
Dios nos ha hecho distintos y esto es importante para enfrentar la oración. No
se trata de que todos oremos en una misma posición corporal; tampoco se trata
de hacer un “sacrificio”. La oración es comunión con un Amigo, no es martirio.
Habrá hermanos que prefieran orar de rodillas, de pie, sentados o acostados;
otros preferirán hacerlo caminando e incluso haciendo alguna actividad. Todas
estas formas son válidas, siempre y cuando permitan la concentración en Dios.
Piense que la oración es un encuentro con una Persona muy importante, la más
importante del universo, y Él querrá toda su atención. Busque la posición que a
usted más le acomoda para permanecer en oración con Él.
2.
Encuentre el clima personal. La intimidad con Dios cada uno la encuentra en un
clima diferente. Para ciertas personas lo ideal es el retiro a un lugar natural
o de campo, allí se sienten en plena comunión con el Creador y en libertad de
hablar con Él, alabarle y aún gritar, lo que la Biblia llama “clamar”.
Otros requieren de un clima místico más eclesial y encienden velas, queman
incienso y escuchan música adecuada. A otros les basta con encerrarse en su
dormitorio y arrodillarse a la orilla de su cama. No importa como usted lo
haga... ¡pero hágalo! Dios se agradará si usted conversa con Él, no importando
como lo haga. No hay reglas para esto.
3.
Lleve registros de oración. Personalmente, como soy escritor, gusto de
reflexionar en forma escrita. Llevo un diario de meditaciones personales donde
además registro mis peticiones y los textos bíblicos que el Espíritu Santo me
muestra en la oración. Creo que es muy conveniente que todos tengamos por lo
menos un registro de lo que hemos pedido al Señor y cuando y cómo lo ha
respondido, constituyendo un testimonio de Su fidelidad y poder.
4.
Defina qué tipo de oración hará. Al proponerse orar decida si su oración será de
alabanza, acción de gracias y adoración; de petición e intercesión, de perdón y
sanación; de reflexión y lectura de la Palabra de Dios o simplemente oración
contemplativa y silencio. Al concentrarse en uno de estos cinco tipos, usted se
sentirá más relajado y libre, no presionado a hacer todo como una obligación.
En la vida actual no disponemos de tanto tiempo para hacer todas las formas de
oración de una sola vez, salvo que hagamos un retiro personal de una mañana o
un día, o hagamos vigilia. La eficacia de una oración así será mayor que la de
improvisar con todo lo que se nos viene a la mente.
RUTAS DE ORACIÓN.
En esta primera parte quiero compartir con ustedes una
oración de alabanza, acción de gracias y adoración a Dios, específicamente a
Jesucristo, nuestro Amado Señor y Salvador. En la Biblia podemos encontrar
numerosas “rutas de oración”.
¿Qué es una “ruta de oración”? Es un camino prefijado
que nos servirá para comunicarnos con Dios, es un tema o una serie de textos
que podemos leer en la Biblia ,
tenerlos escritos en una tarjeta o bien saber de memoria. Estos textos, que
pueden ser: los nombres de Dios y sus significados en el Antiguo Testamento;
las siete palabras de Jesucristo en la cruz; los cuarenta nombres dados a Jesús
en el Apocalipsis; las características de Jehová como Pastor de nuestras almas
en el salmo 23; y tantos más que cada uno puede descubrir en las Sagradas
Escrituras; constituyen caminos o rutas a seguir ante la presencia de Dios, son
como un protocolo de conversación.
Como ejemplo tomaremos en esta oportunidad los siete
nombres con que Jesucristo se presenta a sus seguidores en el Evangelio según
San Juan. De aquí en adelante esto ya no es prédica sino una oración a
Jesucristo. ¡Acompáñenme!
YO SOY EL PAN DE VIDA
“Jesús les dijo: Yo soy
el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no
tendrá sed jamás.” (San Juan 6:35)
·
Gracias
Señor porque Tú eres el Pan de Vida
·
Eres mi alimento diario. Más que Tu
Palabra, más que la Santa
Cena , Tu vida misma dentro de mí, me alimenta. Tu Presencia
dentro de mi espíritu es el alimento diario para mí.
·
Te agradezco porque desde que entraste
en mi vida, nunca me has dejado con hambre, como lo prometiste “el que a mí
viene, nunca tendrá hambre”.
·
Tus Palabras son espíritu y vida para
mi alma y todo mi ser. De Ti viene la vida.
·
Como mi cuerpo necesita alimento, mi
espíritu tiene hambre de Ti y sólo Tú puedes saciar el hambre de Dios que hay
dentro de mí. Por eso te alabo, porque eres mi Pan de cada día. Amén.
·
Así como tu cuerpo sacia mi hambre, tu
preciosa sangre calma mi sed, “el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”
YO SOY LA
LUZ DEL MUNDO
“Otra vez Jesús les
habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (San Juan 8:12)
·
Tú dijiste, Señor,: “Yo soy la luz del
mundo” porque iluminas todo con Tu amor. Tu amor es nuestra luz, más que el
conocimiento intelectual.
·
Tú eres Señor la luz de mi vida ¿Qué
haría yo sin la luz de Tu Presencia? Gracias por darme la luz que viene del
cielo, esa luz sobrenatural de tu vida. Te alabo, Jesucristo, porque me has
iluminado, porque me has vestido de luz, porque ya no camino en la oscuridad de
las tinieblas, sino en la cálida luz del amor Divino.
·
Aseguras: “el que me sigue, no andará
en tinieblas” y así es. Cuando hay algo que no comprendo, cuando tengo un
sufrimiento por falta de amor en este mundo, cuando peco, Tu luz da claridad a
mi mente, a mi corazón o a mi conciencia y soy liberado de toda oscuridad. Los
cristianos no caminamos más en tinieblas.
·
Tenemos “la luz de la vida” en nuestro
interior. Cristo es algo más que una lámpara, un faro o una antorcha encendida,
es la Luz misma
habitando dentro de nosotros. Una lámpara se apaga cuando se termina el
combustible, un faro cesa de dar luz si se corta la energía, tampoco una tea
puede encenderse e iluminar sin aceite. Nunca más se apagará nuestra alma
porque lleva la Luz
del mundo. “Ego sum Lux mundi” se lee en un antiguo templo al Cristo
Pantocrator de Cataluña. Porque Tú eres la única Luz que puede iluminar este
mundo en tinieblas.
YO SOY LA
PUERTA DE LAS OVEJAS
“Yo soy la puerta; el que
por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” (San Juan 10:9)
·
Amado Jesús: Tú eres la puerta de
entrada al Reino del Padre. No hay otra Puerta de acceso. Hay tantas bellas
puertas en la arquitectura de este mundo, de las más humildes a las más
artísticas y lujosas, todas dan entrada y resguardan bienes de distinto nivel,
pero ninguna hay tan preciosa e importante como la que nos permite la entrada
al Reino de los Cielos. Y tú eres esa Puerta maravillosa. Te doy gracias por
haberte abierto para mí, pecador.
·
Como
entré por ti fui salvo. Pero primero entraste Tú a través de la
cruz. La madera de tu puerta es la madera de la cruz, tu propia carne y tu
sangre son la puerta, rasgaste el velo del templo y permitiste la entrada, por
medio de la fe en Ti, a ese Reino eterno. Gracias por morir por nosotros y
constituirte en Puerta de entrada a la fe. Sin Ti no habría puerta y aunque
rogáramos y gritáramos nadie nos escucharía desde el cielo. Dios Padre te envió
para ser nuestra Puerta de acceso a Él, nuestra salvación y comunicación.
·
Por medio Tuyo podemos entrar en una
vida nueva.
·
Por medio de Ti, podemos sentirnos
libres y encontrar alimento para nuestro desarrollo espiritual. ¡Te alabamos
por eso!
YO SOY EL BUEN PASTOR
“Yo soy el buen pastor;
el buen pastor su vida da por las ovejas.” (San Juan 10:11)
·
Tú eres nuestro Pastor, el buen Pastor
que nos conduce, como un rebaño de ovejas sumisas y obedientes, hasta la casa
del Padre. Eres nuestro amado guía, que nos lleva por las colinas, montañas y
valles del mundo, en busca de buenos pastos; que nos protege y nos busca si
estamos perdidos, que nos espera con paciencia y cura nuestras heridas cuando
nos accidentamos. Tú eres mi buen Pastor. ¡No hay Pastor más excelente que Tú,
Señor Jesús!
·
Haz dado Tu vida humana por nosotros y
aún más, renunciaste en parte a Tu vida Divina, al dejar los cielos para
hacerte ser humano. “El buen pastor su vida da por las ovejas” dices en el
Evangelio, porque así es un buen pastor de ovejas, es capaz de arriesgarse por
ellas y hasta dar su vida por amor a éstas. ¡Te alabamos, Jesús Pastor!
YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
“Le dijo Jesús: Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (San Juan 11:25)
·
Cuando yo estaba muerto
espiritualmente, aunque pensaba que vivía, viniste Tú, Señor, a mi existencia y
me diste la vida eterna, porque eres “la resurrección y la vida”. En la Biblia hubo quienes
murieron y resucitaron, pero sólo Tú resucitaste para vida eterna. Yo era como
Lázaro, quien volvió a morir, estaba tan muerto y podrido como él, pero viniste
Tú y me resucitaste. Ahora ya no soy un muerto en vida sino uno resucitado por
Tu amor. Por eso te alabo, Cristo Resucitado.
·
Tú eres “la vida”. Me diste la vida
biológica al nacer, me diste la vida bios; mas ahora me has otorgado la vida
sobrenatural, la vida que entró en mí desde el día de mi conversión, cuando me
otorgaste tu Espíritu Santo. Gracias por esa vida que viene de lo alto, por la
vida zoé.
·
Haz dicho en Tu Evangelio: “el que cree
en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Y eso es lo que hiciste conmigo, Señor,
estaba muerto, me resucitaste para siempre y me has dado la vida eterna.
YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
“Jesús le dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (San Juan 14:6)
·
Cuando mi vida no tenía sentido, cuando
buscaba una respuesta a las interrogantes trascendentales “¿Qué somos, de dónde
somos y hacia dónde vamos?”, apareciste y te revelaste a mi vida: “Yo soy el
camino”. No sabía qué camino tomar y cuando lo hacía sólo cometía errores. Era
una persona insatisfecha de la vida, hasta que llegaste Tú, Camino, Verdad y
Vida, con todas Tus respuestas. Gracias, Dios, por mostrarme el Camino.
·
Tú eres la Verdad , no eres Alguien que
me muestra otra verdad sino que eres Tú mismo la Verdad personificada. Por
ello te alabo. Cristo, Tú eres mi Verdad eterna y camino en ella.
·
Tú eres la Vida verdadera, fuera de Tu
Persona nada hay. Por eso puedo decir, además, que eres mi Todo, porque
respondes todas las interrogantes, contestas todas las dudas, completas todos
mis vacíos. Nada puede dañarme si estás Tú en mi vida; nada puede faltarme si
Tú me llenas completamente. Tú eres mi Camino, mi Verdad y mi Vida. Amén.
·
nadie viene al Padre, sino por mí
YO SOY LA VID VERDADERA
“Yo soy la vid verdadera,
y mi Padre es el labrador. / Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará;
y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. / Ya
vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” (San Juan
15:1-3)
·
Amado Salvador y Señor, lo dijiste
claramente aquella noche de Pascua: “Yo soy la vid verdadera.” Es como si
estuvieras mostrando a Tus discípulos una parra cargada de racimos de uvas y
les dijeses: Esa es una vid pero la verdadera Vid soy Yo. Sí, te revelaste a
todos nosotros como una planta, un organismo vivo, una completa unidad formada
por raíz, tronco, sarmientos, hojas y pámpanos. Tú y nosotros somos una
completa unidad. Tú la planta labrada por el Padre, nosotros los pámpanos
sujetos a Ti; nosotros el Cuerpo y Tú la Cabeza de ese Cuerpo. Gracias por el privilegio
de pertenecer a Ti. No lo merezco mas Tú, en tu sabiduría y misericordia, me
limpias, me alimentas y me capacitas para ser parte de Ti. ¡Alabado seas!
·
Gracias doy a mi Padre Celestial que es
el Labrador de Su viña. Gracias doy a Él porque no nos encontró dignos pero sí
nos hizo dignos, en Cristo, para formar parte de la Vid Verdadera.
·
Labrador Todopoderoso y Omnisapiente,
respetamos Tu autoridad para quitar todo pámpano que no lleva fruto. Te
presentamos nuestras vidas y te rogamos que nos hagas fructificar en virtudes,
buenas obras y nuevos discípulos para Tu Reino, de modo que Tu planta crezca y
de mucho fruto.
·
Si es Tu voluntad, Señor, límpiame para
que lleve más fruto. Saca de mí todo aquello que estorba a Tu gloria, todos
esos defectos y pecados que impiden que Tú te transparentes en mi vida. Quita
la soberbia de mi
corazón, que no sea una persona orgullosa sino humilde para Contigo. Quita toda
envidia por el éxito de mis hermanos y prójimos, que aprenda a aceptar lo que
soy y a descubrir lo maravilloso que es el camino personal que me has dado, sin
desear los dones de otros. Te pido que saques de mí toda ira y enojo
descontrolado, para no herir, para no amargarme y matar. Saca la avaricia de mi
corazón, el deseo de acumular sin compartir, la inseguridad y falta de fe en Ti
que eres Jehová Jireh, “Dios proveerá”, Proveedor para nuestra tranquilidad. Que no sea objeto
de la lujuria sino que viva equilibradamente mi sexualidad, líbrame de las
tentaciones de la carne, del adulterio y la fornicación. Que la gula no me
gobierne, sino que sea capaz de dominar mi apetito por medio del ayuno y la
disciplina. Que no esté la pereza física ni espiritual en mi vida, sino que sea
laborioso, activo y controlado, que sepa tener momentos de quietud y no caiga
en la acedia, tedio o tristeza profunda. Límpiame, Señor, de todos los pecados
capitales.
·
Gracias porque, como lo declaraste a
los apóstoles, “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”,
ya hemos sido limpiados por Tu Palabra. Que ésta tenga el poder en mi de
mostrarme mis errores y vencer el mal. Te alabo, Jesús Maestro, por esta bella
forma de darte a conocer a mi vida.
·
Te
bendigo y te exalto porque eres mi Pan, mi Luz, mi Puerta, mi Buen Pastor, mi
Resurrección, mi Camino, mi Verdad, mi Vida y la verdadera Vid a la que estoy
sujeto. ¡Gloria a Jesucristo por siempre, a Su Padre que es mi Padre y al
Espíritu Santo! Amén
TAREA PARA LA SEMANA :
1)
Hacer la ruta de oración que he aprendido hoy.
2)
Tomar nota de la experiencia.
3)
Descubrir cuál es el clima más apropiado para mi
oración personal.
4)
Dedicar cada día más tiempo a la oración de
alabanza, acción de gracias y adoración.
BIBLIOGRAFÍA.
1)
David
Yonggi Cho, “Modelos para orar”, Editorial Vida, 1995.
2) Santa
Biblia, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers,
USA.
3) “La Santa Biblia ”, ©
Sociedades Bíblicas Unidas 1960, http://www.gentle.org/biblia/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario